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Desde que a principios de este año el Premio Nobel de Literatura 2003, J. M. Coetzee, confirmó su visita a México el 5 y 6 de abril para dictar la conferencia magistral del coloquio “Filosofía y crítica social en la obra de John Maxwell Coetzee” y recibir el Doctor Honoris Causa de la Universidad Iberoamericana y del Sistema Universitario Jesuita, el filósofo Pablo Lazo Briones está feliz porque logró lo que nadie había hecho, traer a Coetzee a territorio nacional para hablar sobre censura.
Lazo Briones —según el protocolo de la investidura— será el padrino de Coetzee y además tendrá la encomienda de nombrarlo Doctor Honoris Causa. El filósofo aún recuerda, incluso con incredulidad, cómo fue el intercambio de correos electrónicos con el Nobel.
Luego de conseguir su correo, Lazo Briones rememora cómo fue que llegó a él, cómo le escribió contándole de la línea de investigación que él coordina sobre filosofía y literatura, cómo lo invitó a participar en el coloquio en su honor, y cómo Coetzee aceptó la invitación y propuso dictar la conferencia magistral con el tema “On Censorship” (“Contra la censura”) que tendrá traducción simultánea.
“Aquí en el Departamento de Filosofía tenemos una línea de investigación desde hace varios años sobre las relaciones entre filosofía y literatura, pero sobre todo intentando proyectar una problematización de la violencia social, de problemas como el racismo, la segregación, la injusticia, la censura y la pobreza. Yo tengo un proyecto echado a andar sobre cómo es que se localiza todo esto en la obra de Coetzee”, relata Lazo Briones.
El director del Departamento de Filosofía de la Ibero es gran lector de Coetzee e impulsó su lectura entre los cuatro catedráticos de tiempo completo que trabajan en el proyecto y se animó a escribirle hace más de un año.
“Logré contactar con él, le platiqué un poco del proyecto, de nuestra preocupación latinoamericana frente al problema de la migración, la violencia y el racismo y lo invité a participar, que diera una conferencia sobre el asunto y él muy amablemente me expreso que tenía un gran interés en regresar a Latinoamérica, que había visto muchos problemas que son muy distintos a los europeos y de Australia, donde él reside. Me dijo que la configuración social es muy distinta y le interesaba prioritariamente”, afirma Lazo Briones.
Incluso, Coetzee le contó que su última novela, La infancia de Jesús, comienza justo con un tema de migración y se desarrolla en un medio de habla castellana; eso para decir que la visita a México sí le interesaba mucho, pues la historia que recién se publicó ocurre en una frontera donde dos migrantes no saben español y tienen que aprender el idioma para sobrevivir.
“Poco a poco se fue madurando la idea hasta que a la Ibero y al Sistema Universitario Jesuita, que son todas las Iberos de México, les interesó darles el Doctor Honoris Causa, entonces se hizo más grande el evento. El doctorado decidieron dárselo por su tratamiento crítico y la inspiración humanista de todas estas problemáticas en sus distintas novelas”, agrega el filósofo.
El tema de la conferencia magistral la escogió Coetzee porque él ve como un problema gigantesco el asunto de la persecución a periodistas, a escritores y, en general, le preocupa la falta de libertad de expresión. “Él ya tiene un libro que se llama Contra la censura, y siguiendo las reflexiones de ese libro nos va a dar la conferencia”.
Primero fue acordada la conferencia magistral, le gustó la idea de esa línea de investigación sobre las relaciones entre filosofía y literatura que abordan poetas y novelistas desde la perspectiva filosófica, pero siempre con el interés político, cultural y social. Luego la Universidad decidió darle el doctorado.
En el intercambio de correos electrónicos intervino también el doctor Robert Pippin, de la Universidad de Chicago, quien también participará en el coloquio; entre los tres fueron madurando la idea de un coloquio más grande y abordado desde la perspectiva de las problemáticas sociales.
Cuando se le pregunta al doctor en filosofía qué tanto ha estudiado la obra de Coetzee, dice que ha revisado toda su obra y que la filosofía y literatura es el tema de uno de sus libros. En La frágil frontera de las palabras. Ensayo sobre los (débiles) márgenes entre filosofía y literatura, publicado por Siglo XXI Editores, da cuenta de estas relaciones.
Ahora, en el marco de la visita de Coetzee y del coloquio sobre su obra, Lazo Briones va a presentar un nuevo libro, Las encrucijadas de Coetzee. Miradas filosóficas de un creador literario, que él ha coordinado y en el que participan varios autores, autores sudafricanos, ingleses y mexicanos, que tratan la obra del escritor.
El libro recopila artículos de Pablo Lazo Briones; de Carlos Mendiola, académico de la Ibero; Dante Ariel Aragón, maestro en filosofía; el doctor en Literatura Moderna, David Attwell; Mike Marais, miembro de la Universidad de Rhodes; el profesor emérito en inglés y estudios comparativos de literatura, Michael Bell; y Arthur Rose, de la Universidad de Leeds.
Lazo Briones afirma que por lo menos en la mitad de sus novelas, en especial toda su primera época, Coetzee abordó la injusticia del Apartheid en Sudáfrica, su patria, preocupado por denunciar las injusticias.
Luego su obra se ha hecho “más técnica, con una manera posmoderna de hacer novela, mucho más introspectiva, pero los temas siguen siendo injusticia, segregación, racismo de forma más universal. Creo que por ahí va su interés en Latinoamérica, la misma denuncia ética y política pero localizada en estos nuevos ámbitos”, afirma.
Esa vocación por la literatura del filósofo ha generado logros que parecían imposibles y que nadie se había atrevido a emprender. Fue una osadía escribirle a Coetzee y que él respondiera a un académico mexicano de la Universidad Iberoamericana.
“En el grupo somos cuatro profesores de tiempo completo del departamento de Filosofía, sólo yo trabajo a Coetzee, los demás a Dostoievski, Paul Auster, a otros autores. Desde hace unos seis años hemos hechos sobre literatura y filosofía, han acudido autores pero nunca de la talla de Coetzee, esto fue un hitazo”, dice Lazo Briones, quien recuerda que otros invitados han sido Mario Bellatin y David Miklos.
Coetzee había estado en México una vez, en 1998, entonces apenas tenía el Premio Jerusalem y el Booker, vino como parte de la delegación de escritores que participaron en las conferencias sobre “Geografía de la novela”, convocada por El Colegio Nacional.
En esa ocasión también estuvo en el homenaje que la embajada de EU le hizo a Susan Sontag. Era un escritor venerado por algunas obras. “Entonces ya era bastante famoso. Ahora ya es un gigante”, concluye Lazo Briones.