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El mundo del escritor peruano español Mario Vargas Llosa (1936) ha sido resumido por su casa editora que este día difunde 80 citas del autor de “La ciudad y los perros”, las cuales dejan ver tanto sus obsesiones literarias como las pasiones humanas que ha reflejado en sus libros.
Las citas han sido seleccionadas y extraídas por Carlos Granés, Bogotá (1975), autor de “La revancha de la imaginación. Antropología de los procesos de creación de Mario Vargas Llosa”, y José Alejandro Restrepo, “El puño invisible. Arte revolución y un siglo de cambio culturales”, destaca Alfaguara en un comunicado.
Se trata de una minuciosa revisión de las letras de Vargas Llosa, plasmadas en libros, ensayos e incluso en su discurso de aceptación del Premio Nobel en 2010, lo que permite una mirada al universo imaginario, de sus personajes y los demonios que lo han hecho leer, escribir y fantasear toda su vida.
Dichas frases, precisa la editorial, abarcan temas como América Latina; arte, autoritarismo, derrota, erotismo, felicidad, ficción, libertad, literatura, machismo, rebelión, transgresión y utopía, consultados en 28 fuentes, entre ellas, emblemáticas novelas como “Conversación en La Catedral”.
Frases reveladoras aparecidas en “El héroe discreto”, “El paraíso en la otra esquina”, “El pez en el agua”, “La Casa Verde”, “La ciudad y los perros”, “La fiesta del chivo”, “La tía Julia y el escribidor”, “Los cachorros” o “Los cuaderno de don Rigoberto”, entre otras.
Destacan apreciaciones como la que reza que “al político profesional, sea de centro, de izquierda o de derecha, lo que en verdad lo moviliza, excita y mantiene en actividad es el poder: llegar a él, quedarse en él o volver a ocuparlo cuanto antes”, extraída de “El pez en el agua”.
Sobre literatura, en el mismo texto comenta que “La buena literatura muestra las insuficiencias de la vida, la limitación de todo poder para colmar las aspiraciones humanas”.
Sobresale también un pasaje erótico de “Cinco esquinas” en el que cita “Marisa hundió su cara en la mata de cabellos a la que separaba con movimientos de cabeza, hasta encontrar el cuello y las orejas de Chabela y ahora las besaba, lamía y mordisqueaba con fruición, ya sin pensar en nada, ciega de felicidad y de deseo”.
Su concepto de felicidad cuando escribe en “Los cuadernos de don Rigoberto”: “La felicidad existe. Sí, pero a condición de buscarla donde ella era posible. En el cuerpo propio y en el de la amada, por ejemplo; a solas y en el baño; por horas o minutos y sobre una cama compartida con el ser tan deseado”.
Mientras que de la utopía refiere que “...hay que combatirla como un gran obstáculo para la civilización humana en términos de sociedad, pero no creo que se deba combatir la utopía en términos individuales, porque creo que es lo mejor que tiene el hombre para intentar proyectos que trascienden lo posible, lo real”, extraído de una de varias entrevistas escogidas.
rqm
