La ópera Don Quijote, del francés Jules Massenet, desembarcó hoy en Brasil para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, con un montaje sobre uno de los personajes más importantes de la literatura con una producción por primera vez nacional.

"Las fechas conmemorativas normalmente son disculpas para que hagamos lo que ya deseábamos hace tiempo y ese es el caso con Don Quijote", dijo el director de orquesta y artístico del Theatro Sao Pedro, Luiz Fernando Malheiro.

La ópera se presentó por primera y única vez en Brasil en 1929, en el Theatro Municipal, con una producción y montaje de una compañía italiana.

Estrenada en 1910 en el Casino de Monte-Carlo, de Mónaco, la composición francesa mezcló en la escena toda la poesía de Francia junto al ritmo español del flamenco en un montaje que divierte, emociona y encanta con la historia del ingenioso hidalgo inmortalizada hace más de 400 años.

Además del texto original de Cervantes, para la producción del libreto, Henri Caïn (1857-1937) se inspiró en la pieza de teatro Le Chevalier de La Longue Figure, del francés Jacques Le Lorrain, donde, 'Dulcinea' sale de los relatos de 'Alonso Quijano' (El Quijote) y gana vida en los palcos.

En Brasil, la dama 'Dulcinea' es interpretada por Luisa Francesconio y el papel principal recayó en el estadounidense Gregory Reinhart, quien vive en Francia y como único extranjero del reparto llegó al país suramericano para vivir por primera vez al mítico personaje.

Malheiro destacó que esta "es una ópera muy especial y bonita, con muchos ingredientes diferentes, además del propio canto. Hay varios números de danza flamenca y coros, existen también escenas intimistas y expresivas. A mí me encanta desde la primera hasta la última nota".

El flamenco en esta versión brasileña fue dirigido por Nuria Castejón, coreógrafa española que además de bailar en esta ópera ha trabajado en montajes internacionales del 'Barbero de Sevilla' y 'Carmen', en Estados Unidos.

La presencia de Castejón es "indispensable" para el conductor del espectáculo, por tratarse de una ibérica, como 'El Quijote'.

La escenografía de esta versión es firmada por el argentino Nicolás Boni, quien ya trabajó en óperas tanto en su país, como en los Estados Unidos y Brasil.

Para este Quijote, su réplica de "La Mancha" fue montada a partir de reproducciones de los grabados de Gustave Doré, que ilustraron por muchos años los libros de Cervantes.

Las rayas típicas de los grabados también están en las ropas creadas por el brasileño Fábio Namatame, cuyos tejidos están impresos uno a uno con los detalles que los aproxima más de los dibujos del romance.

El director dijo que desde siempre estuvo "enamorado" del trabajo de Massenet, de quien tiene grabaciones de todas las composiciones de ópera y con frecuencia volvía a escuchar la de "Don Quijote" una y otra vez.

"Sin dudas hace muchos años que yo cultivo esa idea", explicó Malheiro.

Con poco menos de un mes de ensayos, el elenco lleva al casi centenario teatro brasileño un montaje a cargo del libanés Jorge Takla, que estudió en Francia y fue responsable por espectáculos musicales en Brasil como 'My fair lady' y 'West side story'.

"La invitación a Takla para dirigir 'Don Quijote', además de su talento escénico, está basada en su formación francesa, pues para esto, es necesario que se conozca mucho de la lengua francesa así como de la cultura de este país", dijo Malheiro.

La ópera 'Don Quijote' abre la temporada 2016 del Theatro Sao Pedro, ubicado en el centro de Sao Paulo con presentaciones los miércoles, viernes y domingos hasta el día 13 de marzo, para luego seguir su periplo en el Theatro Municipal de Río de Janeiro.

sc

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