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El éxito de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería está en su perfil, un perfil que a decir de su director general, Fernando Macotela, es difícil de definir en términos concretos pero que tiene que ver con un programa “robusto” conformado por más de mil 500 actividades, entre las que tienen un lugar predominante los ciclos dedicados a diversos temas de ciencia, tecnología, divulgación, economía y por supuesto literatura, que organizan coordinadores externos.

La apuesta de este año está en la apertura de un pequeño espacio para las editoriales y el libro electrónico en que participan alrededor de cinco sellos que trabajan sólo en formato digital, así como un programa de charlas, conferencias y presentaciones que supera las 35 actividades.

Se trata de un programa de prueba para ver cómo responden las editoriales que publican eBooks y sobre todo para ver si interesa a los lectores. Es un programa coordinado por la Dirección General de Computo y Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM, que se realizará en el espacio de descanso conocido como Punto de Encuentro.

A la feria -que este año se realizará del 17 al 29 de febrero y que tiene como invitado al estado de Chihuahua- acuden en su mayoría jóvenes, estudiantes de nivel preparatoria y académicos, tal como mostró una encuesta realizada durante la edición de 2014, por la Dirección General de Bibliotecas del Distrito Federal y la Secretaría de Educación de la misma entidad, de la que dio cuenta EL UNIVERSAL el año pasado.

A ese público apuesta llegar este encuentro de editoriales y libros electrónicos, sin embargo lo organizan sabiendo que a la feria los visitantes van a comprar libros en papel, no a buscar contenidos digitales. Se trata de una prueba pues saben que el éxito de la feria está garantizado pues no sólo es la cita obligada de los capitalinos, además es la feria más rentable para los editores mexicanos.

Tal como lo confirma el último reporte de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), que según el último indicador de la producción y comercialización de la industria editorial del país, de 2014, esta feria es la más rentable porque representa el 20.8% del total de la comercialización que fue 69.7 millones en las ocho ferias que organiza la Caniem; el segundo lugar lo ocupa la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, con el 17.8% de los ingresos.

Apertura al eBook. Fernando Macotela, director general de la Feria que organiza la Facultad de Ingeniería de la UNAM, asegura que el programa de actividades sobre el libro electrónico es modesto para el que han acondicionado un pequeño espacio que seguramente impactará mayormente a los jóvenes, pero tampoco esperan un gran impacto pues parten de la certeza de que las ferias no son el lugar para encontrar los libros electrónicos, que esos contenidos están en los portales y platraformas digitales.

“Yo estuve el año pasado en la BEA, que es la BookExpo América, la más importante feria del libro en los Estados Unidos; fui el año pasado porque ya estábamos preparando estas cosas del libro electrónico, fui muy específicamente a ver cómo lo manejaban. Pues me lleve una gran sorpresa porque la parte que estaba dedicada a libros electrónicos tendría apenas unas 18 empresas y aunque estaban en un lugar especial, con pancartas, no había una sola que tuviera sus libros electrónicos allí”, recuerda Macotela.

Dice que contrario a lo que él esperaba de hallar allí a Penguin y a Grupo Planeta con sus libros, estaban en sus espacios y allí tenían una o dos pantallas “pero nada del otro mundo”, donde algunos visitantes entraban a checar sus contenidos electrónicos pero no para comprarlos.

“En el punto de encuentro habrá actividades todos los días, no muchas, el día que más habrá serán cuatro o cinco, tiene que ver con el libro electrónico, con el concepto de la tableta, con la tecnología misma para que se acerquen, pero si me parece que el que entra a una librería o a una feria no busca libros electrónicos, esos los busca en los sitios web”, dice Macotela.

De la misma opinión es Marina Núñez Bespalova, directora general de Publicaciones de la Secretaría de Cultura del gobierno federal; y Rodrigo Porrúa, director de mercadotecnia de Grupo Porrúa. Ellos coinciden en que a la feria llevan libros físicos y que lo que promueven de sus contenidos digitales es a través de publicidad.

“Llevamos la publicidad de nuestras plataformas digitales y a partir de ellas permitimos el acceso a ciertos acervos para que los visitantes sepan qué catálogos digitales existen, pero fuera de ello no solemos poner un stand en el que podamos acceder al libro electrónico”, afirma Núñez Bespalova.

Rodrigo Porrúa por su parte, dice que el libro electrónico en México está entrando poco a poco, y que no sólo no existe una confianza suficiente para la compra en línea, sino que se está incrementado pero va muy despacio y no es lo que él esperaría.

“En la Feria del Libro de Guadalajara estuve en el pasillo de los módulos digitales, todavía es un espacio chico, tuvieron pocos eventos, la gente sigue queriendo el libro físico, claro que hay que entrar en la tecnología pero va muy lento. El 90% de la oferta es libro físico, este año no sé cómo irá a estar Minería, pero auguro que igual”, afirma.

Todo eso lleva a Fernando Macotela a confirmar que el mercado del libro electrónico no se va a resolver en las ferias “cuando menos no en Minería”, y citó a José Ignacio Echeverría, quien dijo que todas las informaciones muestran que no sólo va lento el libro electrónico en México sino que incluso en 2014 hubo un bajón muy sensible en la venta de libros electrónicos.

Sin embargo, Minería apuesta por lo digital porque es inminente, se difunden sus actividades en todas las redes sociales, pero además han creado una app a través de la cual los visitantes podrán planificar sus actividades a través de la aplicación FIL MINERÍA.

En esta aplicación, cuyos primeros trabajos iniciaron en 2013, se podrá conocer el programa en tiempo real de las mil 500 actividades que se tienen previstas, hacer una agenda personal y compartirla vía mensaje instantáneo o correo electrónico.

La aplicación se puede descargar en los dispositivos Windows Phone, Android y en iOS.

Oferta digital. Las cinco editoriales participantes en este primer espacio dedicado al libro electrónico son Editorial Ink, UBS, E-libro, Book wire y Cidcli, con apoyos de Telmex y la DGTIC; juntos han conformado un programa que incluye charlas, conferencias y presentaciones como “Creación de un Epub”, “Creación de diseños e infografías para promover”, “Indexación de artículos en la red”, “Viaje a través de la pantalla. Un fantasma recorre la máquina”, “Cómo promover textos académicos en la Web 2.0”, “El negocio de lo digital”, “Ebooks animados”, “La tecnología de la lectura eBooks”, “OJS para editores” y “Editorial digital Interactiva”, entre otros.

Una feria hecha y derecha. Sin aparentes novedades, la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería trabaja desde hace 13 años en números negros, es autofinanciable y de eso se precia Fernando Macotela; también de que se trata de una feria que cada año, desde hace más de un lustro, ronda siempre los 150 mil visitantes en cada edición, y esperan mantenerse.

La otra seguridad que tienen es en la cantidad de actividades de su programa general que supera las mil 500, y del número de sellos presentes, cerca de 600 expuestos por más de 200 casas editoriales.

“En los últimos cuatro años hemos rondado los 150 mil visitantes, a veces son un poquito más, otras veces un poquito menos, no me explico por qué no suben más pero tampoco me explico por qué no bajan, me sorprende el promedio de visitantes día con día de una feria a otra, el lunes rozan los 6 mil 500, una constante impresionante”, señala Fernando Macotela.

El director reconoce que ésta ya es una feria que está “bastante llenita”, que está la gente que pueden atender pero hay más personas interesadas. “Yo les digo 150 mil visitantes es muy bueno, pero la nuestra es una ciudad que tiene dos millones de habitantes, ¿qué porcentaje representa 150 mil?”.

Reconoce que para el perfil de la feria y para la capacidad que tiene el Palacio de Minería no están a disgusto. “Aunque tenemos mil 500 actividades, siempre tenemos lista de espera, las editoriales llegan a 200, eso tampoco varía tanto, pero hay editoriales que representan o distribuyen a otras editoriales, entonces en realidad los sellos presentes siempre estamos rondando alrededor de las 600, no está mal”, afirma Fernando Macotela.

Es él quien asegura que como siempre los literatos son el centro de atención de la feria, sin embargo, dado el interés cada vez más amplio por temas de ciencia y tecnología, la situación varía y los científicos son requeridos“, concluye el promotor cultural.

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