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El paso de Jorge Cuesta, Salvador Novo, Jaime Torres Bodet y Xavier Villaurrutia por el periódico EL UNIVERSAL fue fértil y fecundo; fueron sus “años verdes”, los de juventud, los de su educación estética y formación de conciencia. Esos textos jóvenes, que se publicaron entre 1919 y 1935, han sido reunidos en un libro publicado por este periódico y el Fondo de Cultura Económica en su emblemática colección Letras Mexicanas.
Los Contemporáneos en EL UNIVERSAL, cuya investigación hemerográfica estuvo a cargo de Horacio Acosta Rojas y Viveka González Duncan, forma parte de las ediciones conmemorativas con las que El Gran Diario de México celebrará su centenario. Un libro que, a decir de Vicente Quirarte, será de gran valor para los investigadores y estudiosos de este grupo literario.
El volumen será presentado el sábado 20 de febrero, a las 12:30 horas, en el Auditorio Sotero Prieto de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Encabezará el acto el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, y participarán Vicente Quirarte, José Carreño Carlón, director del FCE y Ernesto Velázquez Briseño, director de Canal 22 y miembro del Consejo Consultivo del diario.
Vicente Quirarte, el estudioso del grupo de Los Contemporáneos que ha escrito libros y tesis acerca de ellos, que ha conformado antologías en torno a sus trabajos e indagado en sus obras y talentos en textos y discursos como aquel con el que ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua, es el autor de la introducción de Los Contemporáneos en EL UNIVERSAL y es él quien asegura que este libro es un retrato juvenil de cuatro escritores mexicanos a través de sus colaboraciones en las páginas del periódico EL UNIVERSAL y de EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
El libro recoge los textos de Cuesta, Novo, Torres Bodet y Villaurrutia, publicados entre 1919 y 1935.
Educación estética. Esa voluntad de escritura llena de juventud y descubrimiento del mundo ha llevado a Vicente Quirarte a asegurar que su pasó por el diario es sintomático de lo que va a ser esa generación de gente muy joven y de gente prematuramente madura.
“Vemos aquí su educación estética, cómo se estaban formando, qué leían, qué escuchaban, qué miraban. Hay un texto de Villaurrutia que está en el libro y que me parece fundamental porque ahí él habla de los cuadros que había en su casa; es información que yo no conocía, es un artículo que no está en sus Obras completas; allí cuenta que en su casa había obras originales y que gracias a eso él pudo formar una temprana vocación pictórica. Yo creo que de esos cuatro, y de toda la generación tal vez, el más apto para las artes plásticas era Villaurrutia, no solamente fue un gran crítico de arte sino también fue un gran dibujante aunque murió muy joven, a los 47 años”, señala Quirarte.
El investigador de la UNAM y académico de la Lengua, asegura que en el libro se puede ver a un Salvador Novo que desde muy joven comienza a ser ya la figura por la cual lo conocemos; el cronista que modifica la manera de escribir la prosa, que puede hacer un texto sobre cualquier elemento aparentemente nimio, el baño, un paseo por Chapultepec, un viaje a Pachuca, y lo convierte en una crónica extraordinaria; también en esas páginas publica algunos adelantos de Return Ticket, de su viaje a Hawai, que será una de las modificaciones absolutas de la forma de acercarse al viaje.
Jorge Cuesta por su parte, dice Quirarte, hizo una serie de textos donde se manifiesta como el gran polemista político que conocemos. “Todos y cada uno de los cuatro autores se confirmaron jóvenes como escritores maduros. Como dice Cardoza y Aragón, hablando de Jorge Cuesta ‘nacieron con ese síndrome de Rimbaud’, adolescentes totalmente formados y eso les da una visión diferente del mundo y nos obliga a admirarlos doblemente”, detalla Vicente Quirarte.
Aunque son diez los escritores que saltan al campo de batalla y son denominados como Los Contemporáneos, dice Quirarte que Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo y Jorge Cuesta son los cuatro que antes de ser Contemporáneos son parte del equipo de la revista Ulises y por supuesto luego en Contemporáneos, pero agrega que en las páginas de EL UNIVERSAL y, sobre todo, en EL UNIVERSAL lLUSTRADO, ellos imprimen una nueva forma de hacer literatura.
Distintos con temas comunes. Vicente Quirarte se acercó por primera ocasión a Los Contemporáneos en 1975 cuando se deslumbró con Gilberto Owen; descubrirlo lo llevó a dedicar a Owen su tesis de maestría; después publicó su libro El azogue y la granada, también sobre Owen; luego Los Contemporáneos; posteriormente dedicó su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua a El México de Los Contemporáneos y pasado un tiempo publicó en Pretextos de España el libro Ojos para mirar lo no mirado. Los Contemporáneos y las artes plásticas.
Esa permanencia y cercanía con esa generación que fue paralela a la llamada Generación del 27 en España, lo confirma en que Los Contemporáneos ha sido una generación que lo ha marcado y que sigue estudiando “de una u otra forma me nutre, la releo y siempre está conmigo”, señalá el autor de la introducción de Los Contemporáneos en EL UNIVERSAL.
Reconoce que todos Los Contemporáneos son distintos y tienen búsquedas diferentes, sin embargo, también hay varias confluencias, entre ellas las literarias y especialmente la poesía.
“Aunque cada uno tenía las mismas lecturas y los mismos ideales literarios, por supuesto también su manera de aproximarse a su tiempo, a la política, al pensamiento mexicano y universal, eran totalmente distintos. Pienso en la influencia de la poesía norteamericana en Salvador Novo que es extraordinaria; la lectura de los poetas franceses en Novo, pienso en Novo y Villaurrutia como la mancuerna permanente, los dos amigos, los dos cómplices que se ponían en contacto y hacían toda esta modificación de la literatura, uno desde la lectura de sus libros de los poetas simbolistas franceses y belgas, el caso de Villaurrutia, y los poetas norteamericanos en el caso de Novo”, explica.
El autor de Morir todos los días y La isla tiene forma de ballena, dice que Novo fue el autor mexicano que más tempranamente leyó a los poetas de lengua inglesa y los incorporó a su propio discurso. “Los XX poemas, varios de los cuales aparecen en las páginas periódicas de EL UNIVERSAL ILUSTRADO, son una aportación extraordinaria porque es la actualización de la lengua coloquial y del lenguaje de todos los días a la poesía contemporánea”.
En la introducción del libro conmemorativo de EL UNIVERSAL, Quirarte sitúa a estos jóvenes escritores en su contexto literario, nacional e internacional. “Me parece muy importante la palabra joven para referirse a ellos, efectivamente aquí estamos hablando de jóvenes que después serían los futuros contemporáneos, estamos hablando aquí pues de un niño casi, como era Villaurrutia a los 15 cuando comienza a escribir, pero también esa juventud los acompañará toda su vida. Lo dijo muy bien Villaurrutia, ‘un joven deja de serlo cuando comienza a escribir lo que tiene en lugar de lo que desea’, yo creo que el joven está permanentemente deseando, pensando y de esos cuatro autores, aunque tanto Villaurrutia como Cuesta mueren a edad muy temprana, los demás sí logran mantener este ritmo de su obra a lo largo de toda la vida”.
Quirarte también asegura que este libro “nos ofrece la posibilidad de asomarnos a las páginas de los jóvenes poetas de ese entonces que estaban viviendo y estaban tratando de crearse una vida y un destino en medio de un México que iba creciendo, que iba tratando de encausarse en la vida institucional. Los cuatro poetas son hijos de la Revolución, y es la Revolución hecha gobierno y la Revolución que con grandes trabajos trata de incorporarse al concierto nacional y universal”.
Para Quirarte, fueron adelantados a su tiempo. “Los Contemporáneos lo que hacen es incorporar al país al concierto universal y tratar de hacer realidad la frase de Alfonso Reyes cuando decía que la única forma de ser nacional es siendo universales”.