El escritor español Miguel de Cervantes y su libro Don Quijote de la Mancha "influyeron" en la obra del dramaturgo inglés William Shakespeare, tal y como sostuvieron hoy expertos en ambos autores durante un simposio en la Universidad de Oxford.

El centro de estudios de la ciudad inglesa celebra junto a la embajada de España y el Instituto Cervantes de Londres el 400 aniversario de la muerte de los dos autores, en unas jornadas en las que seis estudios británicos y otros tantos españoles exploran sus mundos literarios.

Durante el simposio, el profesor de la Universidad de Nottingham, Brean Hammond, expuso que el argumento de una de las últimas obras de teatro de Shakespeare, "Cimbelino", "podría estar inspirado" en "La historia del curioso impertinente", que figura en la primera parte de "El Quijote" de Cervantes.

El catedrático concluyó que Shakespeare se inspiró en las peripecias de los amigos Lotario y Anselmo, que escribió el autor español más universal, a la hora de componer una de las partes de "Cimbelino", ("The Trial of Virtue").

Para Hammond, las similitudes en el tratamiento de ambos textos son más relevantes que las que hay en el propio argumento: "La historia se convierte en reflexiva, consciente y autocrítica y, en parte, Cervantes es el responsable de que esto le pasara a Shakespeare".

Tras leer la obra maestra del español, el autor de "Hamlet" y "Romeo y Julieta" volvió a interesarse, en su opinión, por "la cuestión del matrimonio heterosexual contra la amistad homoerótica entre dos hombres", en su libro "The Two Noble Kinsmen".

Para el profesor, existen "evidencias" de que Shakespeare supiera de Cervantes gracias al dramaturgo inglés John Fletcher, quien le presentó las novelas del español y con quien escribió diversas obras de teatro, entre ellas "Cardenio", una pieza perdida que está basada en una historia incluida en "Don Quijote".

Hammond remarcó otro elemento característico de la literatura española por el que Shakespeare habría sentido fascinación: la picaresca.

El profesor puso en duda la negativa de otros expertos a que el personaje de Autolycus de la pieza de Shakespeare "Cuento de Invierno" tuviera algo ver con la picaresca, y se remitió al "Lazarillo de Tormes" y a "Guzmán de Alfarache" de Mateo Guzmán como obras picarescas que podrían haber influido en el autor británico.

Entre hoy y mañana también participarán en el simposio los expertos Ángel-Luis Pujante y Clara Calvo de la Universidad de Murcia, José Ramón Díaz-Fernández de la Universidad de Málaga, Zenón Luis-Martínez de la Universidad de Huelva, Salvador Oliva de la Universidad de Girona y Jesús Tronch de la Universidad de Valencia.

Para Calvo, Shakespeare "no es una cosa empolvada" ya que en sus obras habla de problemas actuales: "De él podríamos aprender sobre inmigración porque hay personajes que comparten la situación de los refugiados, como Viola de 'Noche de Reyes', cuyo barco naufraga".

La profesora también apuntó varios lazos en común que mantienen Shakespeare y Cervantes, como "el interés por la honorabilidad, la virtud femenina, el amor y la traición, la apariencia y la realidad, además de estar interesados en temas vigentes de su tiempo como la política, la censura o la libertad de expresión".

Por su parte, Luis-Martínez señaló que en el Reino Unido se crean más eventos para promover a Shakespeare que en España para ensalzar a Cervantes: "Aquí nos llevan años de ventaja en lo de explotar los propios iconos culturales, pero estamos aprendido muy bien", matizó.

Acompañado por la vicerrectora de la Universidad de Oxford, Louise Richardson, el embajador de España en Londres, Federico Trillo, abrió el simposio con un discurso inaugural.

"La relación entre España y el Reino Unido nunca ha sido tan fuerte y rica como ahora, y Cervantes nos da una oportunidad especial para fortalecer nuestros lazos todavía más", enfatizó.

sc

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