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Tal como lo han hecho otros autores, el escritor peruano Mario Vargas Llosa criticó la entrevista que el actor Sean Penn hizo al narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En un texto publicado hoy en el periódico español “El País”, bajo el título “Circo y periodismo”, el Nobel de Literatura expresó su opinión sobre el encuentro entre ambos personajes.
Inició su texto diciendo que el periodismo es una de las profesiones más peligrosas en la actualidad, pues los criminales y dueños de imperios económicos lo ven como una amenaza.
Bajo ese contexto, el autor señaló:
“La entrevista, que apareció en la revista Rolling Stone, es malísima, una exhibición de egolatría desenfrenada y payasa y, para colmo, desbordante de simpatía y comprensión hacia el multimillonario y despiadado criminal al que se le atribuyen cerca de tres mil muertes además de incontables desafueros, entre ellos gran número de violaciones”.
Acerca de Sean Penn, Vargas Llosa señaló que “tiene fama de 'progresista', término que, tratándose de gente de Hollywood, suele significar una debilidad irresistible por los dictadores y tiranuelos tercermundistas… El caso de Sean Penn sólo se entiende por la extraordinaria frivolidad que contamina la vida política de nuestro tiempo, en el que las imágenes han reemplazado a las ideas y la publicidad determina los valores y desvalores que mueven a grandes sectores ciudadanos”.
En el artículo recordó otros casos como el de Oliver Stone diciendo que Fidel Castro es “el hombre más sabio del mundo” o la relación del propio Penn con Hugo Chávez.
“Los ´progresistas' de Hollywood defienden regímenes opresores y a delincuentes comunes… Qué cómodo es para estos personajes, desde Hollywood, es decir, desde la seguridad jurídica —nadie irá allá a despojarlos de sus casas, negocios, inversiones, ni a tomarles cuenta por lo que dicen y escriben—, el confort y la libertad de que gozan, jugar a ser 'progresistas', aceptando invitaciones de sátrapas ineptos, que los tratan como reyes y los adulan, halagan y regalan, y a defender regímenes opresores y brutales, que hacen vivir en el miedo, la escasez y la mentira a millones de ciudadanos a los que han quitado la palabra y los más elementales derechos. ”, sentenció.
Vargas Llosa explicó que esos “progresistas defienden también a delincuentes comunes y asesinos en serie, como el Chapo Guzmán, pobre hombre que, según Sean Penn, llegó al delito porque era la única manera de sobrevivir en un mundo atrofiado por la injusticia y los oligarcas”.
Recalcó que el periodismo es víctima de la “civilización del espectáculo”, en donde la profesión es usada para difundir ideas frívolas y mentiras políticas. “Gentes como Sean Penn, Oliver Stone y congéneres ni siquiera advierten que su actitud revela un desdeñoso prejuicio hacia Venezuela, Cuba, México y, en general, el tercer mundo, con esa duplicidad de que hacen gala cuando elogian y promueven para esos países sistemas y dictadores que no tolerarían jamás en su propio país, muy parecidos en eso a un Günter Grass, que, en los años ochenta, pedía que los latinoamericanos siguiéramos el 'ejemplo de Cuba', en tanto que, en Alemania, él defendía la socialdemocracia y combatía el modelo comunista”.
Hacia el final de su texto, Vargas Llosa destacó el artículo de Don Winslow, autor de “El Cártel”, sobre el mismo tema, en donde cuestionó a Sean Penn por las preguntas que no realizó a “El Chapo” .
“Las razones por las que Sean Penn no preguntara nada incómodo al Chapo Guzmán nosotros las sabemos de sobra: él fue a entrevistarlo con las respuestas del asesino ya fabricadas por su propia frivolidad o cinismo: presentarlo como la víctima de un sistema (un héroe, en cierta forma)”.
cvtp