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En un mundo en el que leer no se consideraba la actividad más popular entre los adolescentes, llegaron los booktubers a cambiarlo todo. Quedó atrás la imagen del niño con gafas marginado, para abrir paso a jóvenes con el pelo de colores que mueven masas recomendando a Shakespeare.
Dentro de las múltiples cromáticas que ha llevado su pelo, Fa Orozco hoy lo tiene teñido de fucsia y su sola presencia en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara genera un revuelo de adolescentes por conseguir su firma o una foto de su ídolo.
"Somos el club de lectura más grande del mundo", asegura en una de las charlas en las que participa esta estudiante mexicana, que cuenta con casi 270 mil seguidores en su canal de youtube, Las palabras de Fa.
Con un lenguaje cotidiano y cercano, la joven logró que hace unos meses se agotara en las librerías de todo México un libro del siglo XIV, "El Conde Lucanor", de Don Juan Manuel, después de topárselo en una biblioteca, grabar una reseña y subirla a su canal.
Orozco, quien entrevista bajo el título de booktuber a actores de Hollywood de películas que están basadas en libros, invitada por las productoras, es una de las figuras que participan en las actividades de la FIL en torno a esta nueva moda de recomendar lecturas.
Una de ellas es el Primer Encuentro Nacional de Booktubers, donde 700 jóvenes se reunieron para conocer a ídolos como Jorge Andrés Mendoza (adiction), Joaquín Garza (EstoNoEsUnSpoiler) o Alberto Villarreal (AbriendoLibros) y también para encontrarse entre sí.
Verónica, Katya y Anayansi son tres de estas jóvenes que acudieron a Guadalajara para encontrar a otros "bichos raros", personas que suelen sentirse distintas a su grupo de amigos, simplemente por el hecho de leer.
Ayer no se conocían y hoy se han hecho amigas, gracias al lazo de los libros, pues al juntarse se identifican entre sí y se sienten que ya no son las únicas que leen, cuentan.
"Empecé a leer de niña, pero por una serie de problemas que tuve dejé la lectura y le agarré odio, hasta que en youtube me topé con Fa Orozco y entonces hizo que la lectura regresara a mí, me hizo despertar esa pasión", recuerda Verónica, de 18 años.
Anayansi, de 14 años, también es fan de Fa y de todos los booktubers porque "su forma de pensar y ver las cosas e interactuar con nosotros por los vídeos, me parece genial y me identifico con muchas de las cosas que dicen".
Lleva en el cuello el broche del ave sinsajo, el mismo que Katniss Everdeen llevó a la 74 edición de Los Juegos del Hambre, la saga de la estadounidense Suzanne Collins que ha causado furor entre los adolescentes en los últimos años, especialmente después de que fuera llevada a la gran pantalla.
Los booktubers son conscientes de que las principales críticas les llueven por recomendar este tipo de libros, la literatura escrita para adolescentes, tal y como asegura Alejandra Arévalo, autora del canal Sputnik, con más de 2 mil 700 seguidores.
Dicen que los jóvenes mexicanos no leen, pero en eventos como este se ve que sí porque hay 700 personas hablando de libros, comenta Alejandra, lo que pasa es que "a lo mejor los jóvenes no están leyendo lo que (los intelectuales) quieren que se lea".
Muchos críticos literarios dicen que esta literatura "no cuenta" para la formación y "no ven valioso que uno empiece a leer Los juegos del hambre", pero no se dan cuenta de que leer este libro por recomendación de un booktuber es un comienzo.
"La promoción lectora de muchos booktubers y en general de promotores culturales puede encaminar a estos primeros lectores y a lo mejor puede haber lectores que empezaron con Los juegos del hambre y se encuentren en algún momento con un vídeo mío donde les digo que Hamlet es una obra increíble que deberían leer", señala.
"Cada lector llega a los libros indicados en su momento", sentencia esta joven de 27 años, licenciada en Literatura, que una vez por semana sube un vídeo recomendando un libro, hablando "desde el corazón".
Esa es la principal diferencia con los críticos literarios, ellos usan "herramientas de la crítica literaria" y los booktubers palabras apasionadas y recursos audiovisuales.
Sobre la relación de los booktubers con las editoriales, explica que varias les regalan libros. "Normalmente me mandan libros que yo quiero leer", dice, aunque no está obligada ni a escribir de ellos, ni mucho menos a escribir bien.
Pese a que se han convertido en la mejor mercadotecnia literaria, asegura que no conoce a nadie que cobre o haya cobrado por recomendar un libro.
"Creo que a veces se confunde y se piensa que booktube es parte de la mercadotecnia de un libro, pero no creo que sea así", apunta Alejandra, quien lleva el pelo teñido de morado.
"Es casualidad", responde al preguntársele por qué muchas de estas jóvenes llevan la cabeza de colores. Una casualidad que quizás tenga que ver con enterrar definitivamente la imagen del ratón de biblioteca con gafas de pasta, para salir a la luz y brillar.
sc