La uruguaya , que recibe hoy el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, comenzó a hacer poesía "por ausencia" de este género en su casa, y por la curiosidad que le llevó a un oficio, el de escritora, que nunca pensó que tuviera "consecuencias más allá que la felicidad que supone escribir".

La poetisa uruguaya, de 94 años, asistió hoy en el Palacio Real de Madrid a la presentación de su obra antológica "Todo de pronto es nada".

Entre esas consecuencias se encuentra el premio que recibirá esta tarde de manos de la reina Sofía y que dice que "ni en sueños" había pensado en recibir. Su anunció le causó sorpresa: "Estaba totalmente dormida (eran las seis de la mañana cuando se lo comunicaron) y pensé que era una broma", recuerda divertida.

"Una nunca espera llegar a compenetrarse tanto con un país y mucho menos esperar un premio como éste", indicó en referencia al galardón que otorgan conjuntamente Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca, y que este año llegó a su edición número XXIV.

La poetisa resaltó su conexión con España, a la que considera "su segunda patria", desde su infancia y cómo, en los años de la Guerra Civil, tras la cena se desplegaba en la mesa de su casa en Uruguay un mapa de la península Ibérica donde seguían los partes que oían por radio.

"A España le debo, por un lado la lengua y por otro que me enamoré de Benito Pérez Galdós", autor del que asegura que ha leído "todo".

Incluso, explica, no sólo leyó los Episodios Nacionales sino que los "tejió": "Estaba embarazada y haciendo el ajuar de recién nacido aprendí a tejer sin mirar, mientras los leía".

Una vital poetisa que dice que todavía se sorprende "por muchas cosas maravillosas y, últimamente, por muchas cosas espantosas", como los recientes atentados en París.

"Todo de pronto es nada" recoge la "multiplicidad" de esta autora que "no es de una única poética", indicó María José Bruña, encargada de la selección de la antología de la obra de la uruguaya, que en 1974 se exilió en México huyendo de la dictadura de su país (1973-1985) y que en la actualidad reside en Austin (Texas, EE.UU).

Su rigor extremo con el lenguaje, su experimentación formal, la mirada profunda a la realidad aunque sea una poeta introspectiva, su mirada llena de curiosidad, casi inquisitiva, caracterizan la obra de Vitale, según Bruña.

La antología no recoge solo poesía sino también textos en prosa de esta autora, así como dos inéditos "Hojas naturales" y "Un pintor reflexiona", además de un texto que escribió recientemente bajo el título "Accidentes nocturnos".

Estructurada en tres partes, la primera se dedica a los interrogantes que se plantea la poeta, la segunda a la generación poética que se inicia en la diáspora mexicana y la tercera a la mirada asombrada de Ida Vitale.

Vitale, quinta mujer que obtiene el Reina Sofía, considerado el Cervantes de la poesía, está dentro de la Generación del 45 con otros escritores uruguayos como Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi o Idea Vilariño.

Premio Octavio Paz y Alfonso Reyes en su edición 2014, Vitale es autora de poemarios tan simbólicos como "Palabra dada", "Mella y criba", "La luz de esta memoria", "Paso a paso", "Jardín de sílice", "Un invierno equivocado", "La luz de esta memoria" o "Reducción del infinito".

Y entre sus ensayos destacan "El ejemplo de Antonio Machado", "Cervantes en nuestro tiempo", "La poesía de Jorge de Lima", "Léxico de afinidades" o "Donde da la vuelta el camaleón".

rqm

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