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A Fernando del Paso aún le duele México, la violencia y la pobreza en la que viven 50 millones en México, le duele Ayotzinapa que, dice, es todavía una herida abierta; pero también ama a México, un amor del que ha quedado constancia en sus tres grandes novelas: José Trigo, Noticias del Imperio y Palinuro de México.
Aunque algo agotado por el día tan largo que ayer vivió desde que lo despertaron a las 6: 30 de la mañana para darle la noticia del Cervantes, Fernando del Paso concedió infinidad entrevistas y atendió a todos los periodistas y amigos que llegaron o llamaron a su casa en la colonia La Calma, en Zapopan Jalisco. Allí, rodeado de su familia pasó el día feliz y conversó con EL UNIVERSAL.
¿Cómo recibe el Cervantes?
Siento una especie de reconocimiento, de culminación a mi obra de escritor. Me siento muy halagado, muy satisfecho. Efectivamente yo nunca he escrito para obtener premios, me han caído de sorpresa, de manera muy agradable y éste en particular supera todas mis expectativas.
Se suma a pares mexicanos y latinoamericanos que ha leído y admirado
La lista en general del Premio Cervantes, no solamente los mexicanos sino de Latinoamérica y españoles, es fantástica, o sea que me halaga triplemente que yo como mexicano pueda incorporarme a esa lista tan respetable del Premio Cervantes y que sea España, la Madre Patria, España a la que quiero tanto, la que me haga un reconocimiento por mi labor como escritor y por mi lenguaje, mío, el propio, que es el castellano.
Ha recibido el Premio Villaurrutia, el Rómulo Gallegos, el José Emilio Pacheco, ¿Los premios bloquean la obra, la impulsan, cuáles son los beneficios?
No sé. Algunos me los dieron en épocas tempranas, algunos me han impulsado mucho en mi carrera, como el Rómulo Gallegos, el Ciudad de México, el Villaurrutia, y otros como este, el Cervantes, son más bien la coronación de una labor, y de reestablecerme porque en varios años no he tenido ánimos ni disposición para continuar escribiendo.
¿Cuando empezó en la literatura tuvo el apoyo de sus padres?
Mi madre murió cuando yo tenía 22 años y mi padre murió unos 10 años después, pero más o menos él se enteró de mi libro José Trigo y no estaba muy convencido de que yo debiera dedicarme a ser escritor.
¿Dejó las comodidades de la publicidad por las penurias de los primeros años en la literatura?
En la publicidad yo ganaba un sueldo magnífico hasta que me llegó la beca gracias a Gustavo Sáinz para ir a la International Writing Program de la Universidad de Iowa, fue cuando dejé la publicidad y me lancé con el apoyo de mi esposa, mis hijos estaban muy chiquitos, me lancé al mundo y después de eso volé a Europa para trabajar en la BBC, pasé 14 años en Londres y 10 en París.
¿Entrar a la literatura fue lanzarse sin paracaídas, no se arrepintió nunca?
Casi fue lanzarme así, pero no, no me arrepentí nunca.
¿Cómo se siente con la obra que ha hecho?
Me siento muy, muy contento, aunque uno nunca está 100% satisfecho. De todos modos estoy contento con lo que he escrito.
Empezó con el pie derecho, José Trigo fue la obra que inauguró la colección literaria de Siglo XXI.
Ya la tenía casi contratada Arnaldo Orfila Reynal, el era el gerente general del Fondo de Cultura Económica, cuando el Fondo publicó el libro de Escucha yanqui, de Wright Mills, y Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, que no le gustaron al presidente Díaz Ordaz y corrió a Arnaldo Orfila del Fondo, entonces varios nos hicimos accionistas de Siglo XXI en la misma fecha en que murió El Che Guevara en Bolivia nació Siglo XXI y la sede era la casa de Elena Poniatowska.
¿La literatura ha sido incómoda a veces para el poder en México?
Para mí no lo ha sido porque he vivido buena parte mi vida en Londres y en París y entonces no padecía de hacer daño sino de beneficios, y ahora tampoco.
¿Le sigue doliendo este México quebrado, como dijo al recibir el Premio José Emilio Pacheco?
Hoy (ayer) lo dije también porque aparte del otorgamiento del Premio Cervantes recibí el Premio Granito de Arena y yo subrayé en mi discurso que nuestro gobierno no ha hecho mucho porque prevalecen en la miseria 50 millones de pobres y empobrecidos, desempleados y empleados con un salario mínimo, de hambre, y víctimas de la extorsión, el crimen organizado y el narcotráfico. Esperamos que el gobierna contribuya a la grandeza del territorio e historia de México, con granitos de arena, no con granitos de pólvora.
Tiene planes, obras pendientes
De lo que tengo planes es de recuperarme, tuve una serie de infartos cerebrales que me han dejado secuelas muy agrias, sobre todo en la lengua hablada y en la lengua escrita, primero quiero recuperarme para después recuperar mi escritura.