Con los comentarios, recuerdos, evocaciones y anécdotas de Silvia Lemus, Georgina García Gutiérrez, Hernán Lara Zavala y Ricardo Cayuela en su calidad de moderador, ayer se conmemoró en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el 30 aniversario de la primera publicación de la novela Gringo viejo.

El Fondo de Cultura Económica (FCE) publicó en 1985 la primera edición de esta novela, que catapultó a la gloria al escritor y diplomático Carlos Fuentes. Al mismo tiempo fue la narración y primer best seller de un autor mexicano en Nueva York.

Cuenta la historia de un escritor y columnista estadounidense quien abandona todo para cruzar la frontera con México, con el propósito de unirse a las tropas de Francisco Villa. Las croniquillas dicen que está basada en la historia real del "gringo" Ambrose Bierce, quien en 1913 se despidió de sus amigos con una carta donde se decía "viejo y cansado".

Quería morir y elegir cómo, pero como la enfermedad y el accidente le parecían indignos, prefería, en cambio, ser ajusticiado ante un paredón mexicano. Con esa idea, en el mes de noviembre cruzó la frontera hacia México, que estaba en plena Revolución, y no se volvió a saber de él. Se dice que pudo ser asesinado en el sitio de Ojinaga, en enero de 1914.

Eso se cree, porque un documento de la época consigna la muerte, en esta batalla, de "un gringo viejo". Lo cierto es que la historia fue tomada y retomada por Carlos Fuentes para crear una de sus novelas más entrañables y emblemáticas, y la noche del martes, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, se recordaron los 30 años de su primera edición.

En ese marco, la escritora Elena Poniatowska se refirió a Gringo Viejo como una de las obras del mejor Fuentes. "Tiene que ser leída, porque tiene mucha fuerza, está escrita con mucho movimiento y describe la época de la Revolución Mexicana con la toma de varias de sus haciendas, todo esto visto por los ojos de un extranjero, los de Ambrose Bierce".

Esta noche se recordó que en 1985 el FCE publicó Gringo viejo en México. Ese año fue distribuida en Nueva York por Farrar, Straus & Giroux, logrando un alto índice de ventas. Este hecho convirtió a Carlos Fuentes en el primer escritor mexicano best seller en esa ciudad. Luego, esa novela fue llevada al cine por el director Luis Puenzo, en 1989.

Para el escritor Juan Domingo Argüelles, el autor de Aura y muchas novelas más ubica una buena parte de su obra en la posrevolución. "Eso lo tuvo muy claro Carlos Fuentes en el momento en que se da cuenta de que el elemento fundamental es la transformación. En Gringo viejo, Carlos Fuentes aporta una visión moderna del país, de la realidad mexicana".

De acuerdo con Argüelles, al pensar en Martín Luis Guzmán, Mariano Azuela y Rafael F. Muñoz, "se ve el mundo indígena y el rural, y muy poco el contraste que hay entre ese universo de lo español".

Fuentes indagó en el concepto de la dualidad que tenemos los mexicanos que, aparte, ya había abordado Octavio Paz en El laberinto de la soledad.

Literariamente, la novela recuerda a Los de abajo de Mariano Azuela. La coincidencia es el ímpetu de los protagonistas por buscar su destino: La autoinmolación física y moral. "Pero Fuentes da un giro total en su novela, invierte la situación, y es el estadounidense quien deja la seguridad de su tierra, se refugia en un sitio hostil y cruza la frontera física, lingüística y temporal, negando su origen y reafirmando su libertad", concluyó Argüelles.

sc

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