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El escritor mexicano Alberto Chimal, Premio Nacional de Cuentos en su país y finalista del Rómulo Gallegos, siembra el terror en sus relatos, pero ha cambiado los vampiros y los hombres lobos por las poderosas corporaciones, los acosadores en las redes sociales, los suplantadores o los narcos.
Así lo demuestra Alberto Chimal (México,1970) en "Los atacantes", publicado por Páginas de Espuma, donde reúne siete cuentos de terror sobre la parte más oscura del ser humano y cuyo fino hilo conductor es el desasosiego, el terror o la inquietud que todos ellos crean en el lector, según explica el propio autor.
"Los cuentos tiene variedad de situaciones, pero en todos hay un atacante, alguna presencia, un poder que hace víctimas de otros, un poder con hilos invencibles", argumenta este autor de literatura fantástica, muy preocupado por la estética del relato.
"Parecerían historias de miedo clásicas -continúa-, pero lo que quiero reflejar es la sensación de desvalimiento e impotencia que tiene el ser humano hoy ante los poderes fácticos de grandes empresas y organizaciones, que parece que no tienen contrapeso y bajo cuyo poder y vigilancia estamos; y eso pasa en mi país y en el resto del mundo", subraya el autor de "Éstos son los días".
Seres que toman píldoras hechas con la carne y la sangre de los hijos de sus criados; un empleado acosado por los correos de internet; suplantadores de personalidad que ejercen su chantaje en las redes; fotos y vídeos trucados; el pánico de una ciudad que despierta con una pesadilla, o la historia de un descendiente de los capos de los narcos que se dedica a la literatura, entre otros elementos acechantes en la sombra, conforman este volumen.
Una relación entre la violencia y el poder que según el autor tiene mucho que ver con la realidad de su país, México.
"En México y en muchos países se vive desde hace años con un ambiente de violencia extrema contra la que no podemos hacer nada, y con esa sensación están escritos estos relatos -dice-; con eso y con la corrupción, que creo que es el origen de todo y el tema central de este momento en el mundo", añade.
A Chimal le preocupa -recalca- "cómo gobiernos supranacionales pueden hacer lo que quieran sin que se les ponga límite ninguno".
Historias muy intensas por donde también pasan zombis, escritas con pulso de relojero y en las que parece que el final lo tiene que escribir el lector por sugerencia del autor.
"El cuento parece que tiene que contar y decir todo, pero a mí me gusta que quede algo también en el aire", sostiene este autor, al que le gustaría que estos cuentos fueran releídos para que el lector saque más lados de la historia.
Gran defensor de la literatura fantástica, Chimal, cuyo primer gran referente fue Borges, asegura que esta es la herramienta perfecta para hablar de lo real.
"Hay cierto prejuicio y desconfianza respecto al género fantástico, pero es un recurso o un género que, además, puede aparecer en toda clase de obras, y sirve para pensar en la realidad", concluye este autor, que asegura que México hoy "es un territorio creativo en el que se están dando obras muy interesantes, porque esa inquietud se tiene que manifestar".
rqm