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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
A casi un año de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, el escritor, ensayista y periodista Sergio González Rodríguez ha publicado Los 43 de Iguala, un libro que avanza entre la crónica y el ensayo para recuperarla tragedia de esa noche del 26 de septiembre pero sin caer en el error de contar la historia en blanco y negro.
Con base en una recuperación de documentos, informes, fotografías, reportajes y notas periodísticas, transcripciones judiciales, testimonios, grabaciones y videos relacionados con el caso, González Rodríguez echa luz sobre los hechos y asegura que es una desgracia que ya hace un año y no tenemos una investigación suficientemente convicente.
“Creo que es completamente inaceptable esa investigación, la llamada ‘verdad histórica’ al grado que organismos internacionales han señalado las carencias que tiene”, apuntó el escritor sobre su trabajo que ha sido publicado por Anagrama.
El también autor de Huesos en el desierto, un libro reportaje sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, aseguró que hay una necesidad de comprender primero las carencias institucionales. “Tenemos el fracaso del Estado frente a este tipo de episodios, donde se le ve incapaz de prever o prevenir, en la tarea de inteligencia que le corresponde, un episodio tan atroz como este”.
Pero además están, comentó, las carencias institucionales. “Omisiones, faltas y hasta presuntos delitos de lesa humanidad sobre la actuación de las autoridades el mismo día de los hechos y posteriormente; tenemos que cuestionar la investigación inconsistente, con lagunas, contradictoria, absolutamente inconvincente de la Procuraduría General de la República”, señaló el narrador.
Su crónica-ensayo sobre los 43 normalistas de Iguala apunta también a plantear la responsabilidad que tuvieron los líderes de los estudiantes que los enviaron ese día a realizar actividades de alto riesgo y en donde fueron masacrados.
“Tenemos que cuestionar todo esto a fondo, la participación del Estado y su reiteración de que parece que no aconteció. ¿Dónde estaban los órganos de Estado?, me refiero al sistema de gobernadores, los tres poderes de la federación, la Suprema Corte de Justicia; no veo una respuesta unánime y condenatoria por parte de las instituciones y el gobierno con las carencias que sabemos y la urgencia que hay de tratar de establecer una administración de los daños y controlando los efectos pero no las causas. Ese es el gran problema de este país que gobierna para manipular o gestionar o controlar los efectos, pero no se están combatiendo las causas, eso es lo que critico, eso es lo que nos va dejando el episodio y desde luego la memoria de las víctimas”, afirmó.
Sergio González Rodríguez plantea en el libro la certeza de que lo perverso ha devorado el orden civilizado, pues dijo que hay una tendencia a aceptar lo anómalo, lo bárbaro, lo irracional, la crueldad y la violencia extrema como si fuera algo absolutamente convencional.
“Esa idea de lo perverso es desde el mal concreto, el mal de los abusos, de la violencia, de la crueldad, de la tortura, del no cumplimiento de normas constitucionales, por supuesto de la corrupción, esos me parecen males concretos que hay que combatir todo el tiempo”, afirmó el periodista.
Su propuesta con la escritura de este libro es recuperar la tragedia aunque lo tachen de amargado, radical y crítico, para mirar hacia el futuro y no permitir que se repita otro episodio como este, sin embargo, siguen ocurriendo.
“Estamos contemplando lo que yo llamo la ‘barbarie entre las líneas del orden convencional de la normalidad’, ¿con qué verdadera e inaceptable celeridad aceptamos como normales los hechos criminales más extremos? Creo que debemos tener una mayor capacidad de cuestionar todo esto y no olvidarlo y no dejarlo como algo que sucede lejos, finalmente los 43 son parte de nuestra comunidad, de este país que tiene que integrarse más, ser más solidario y darle una respuesta política a esto, no sólo depositando un voto, que es muy válido, más allá del voto tenemos que tener una participación más activa en la vida cotidiana, todos los días”, concluyó Sergio González Rodríguez.