Una noche de anécdotas, citas, recuerdos e intercambio de experiencias fueron parte de la celebración que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) realizó la noche de este martes con motivo de los 90 años de edad de la investigadora, filóloga y docente Margit Frenk.

En la sala “Manuel M Ponce” del Palacio de Bellas Artes, Gonzalo Celorio, ensayista y crítico literario; Ambrosio Velasco, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, y Margo Glantz, escritora, ensayista y crítica literaria compartieron las experiencias y legado que han recibido de Frenk, quien observaba sentada a lado del público.

Pero la noche tuvo una sorpresa para los asistentes, pues en algún momento se rompieron protocolos, y Margo Glantz, amiga personal de Frenk, aprovechó para comprometerla a subir a la mesa para intercambiar un diálogo en donde Margit Frenk fue entrevistada y “obligada” a compartir diversos momentos de su trayectoria y vida.

- Te refieres a la dificultad de establecer definiciones, como por ejemplo, qué es literatura popular, dónde están sus límites, o la imposibilidad de fijarlos, asimismo, qué relación hay entre la poesía popular y la poesía culta, y siempre estás poniendo tú tus propias definiciones, tus propios vocabularios, ¿Nos quieres hablar de eso?, preguntó Glantz.

- Por qué no nos hablas tú, que los has observado, yo no lo he observado.

-¿Ah no?

“No soy consciente de crear mis propios vocabularios. Es quizá una enfermedad ¿no? El ser crítico, de no aceptar las cosas que no lo convencen a uno, buscamos los caminos y si los encuentro, pues los digo”, respondió Frenk, quien desbordó las risas de los asistentes en la sala.

Y agregó: “Se sabe que las mejores informantes entre los informantes en poesía popular, los mejores son las mujeres, las mujeres tienen un papel importantísimo en la creación de poesía popular, pero esto es difícil de aceptar para quienes piensan que las mujeres no son capaces de poner una coplita”.

“Yo te voy a dejar Margit, porque has demostrado que las mujeres sí podemos”, finalizó Glantz, tras lo cual la sala se inundó de aplausos para aderezar el reconocimiento para la filóloga.

En sus 90 años de vida, Frenk no tiene reparo en señalar que la investigación es su pasión, su vida, por ello no piensa dejar esta actividad que la ha acompañado desde hace más de seis décadas, la cual complementa con otra faceta fundamental para ella: la docencia.

En sus trabajos, Frenk aborda la importancia que la docencia y la investigación han significado para sus trabajos sobre Don Quijote.

“Muchas cosas se me ocurren durante las conversaciones con los estudiantes. Hablando del Quijote, por ejemplo, de pronto una alumna resaltó que ´estaba rematadamente loco´. Esa expresión me llevó a profundizar más sobre el asunto. Si bien Don Quijote pareciera a ratos como si estuviera cuerdo o a ratos como si estuviera loco, en realidad está rematadamente loco, y lo que tiene son intervalos de lucidez, que no es lo mismo que cordura. Ahí empieza la diferencia”.

La filóloga está por publicar una edición sobre poesía que se cantaba en la Nueva España del Siglo XVII. “Es un manuscrito inédito de la catedral de Oaxaca que contiene música polifónica de Gaspar Fernández”.

“Este es un manuscrito de entre 1609 y 1616. Desde la perspectiva literaria, confirmo que en la Nueva España se conocía perfectamente la poesía religiosa de España de esa época y que había una gran producción lírica. Esto ya se sabía, pero no se conocían textos”.

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