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Judy May y su hermana Julia Stroud condujeron hasta su localidad natal en Monroeville, Alabama, y compraron las dos primeras copias de la nueva novela de Harper Lee, Go Set a Watchman (Ve y pon un centinela) que salió a la venta a medianoche.
"Estoy muy nerviosa, estoy temblando", dijo May, de 51 años, a su salida de la librería con su preciado tesoro en tapa dura.
La localidad natal de Lee, Monroeville, que sirvió como modelo para la ficticia Maycomb que aparece en las dos novelas de la autora, vivió con alboroto el martes la celebración del lanzamiento de la secuela de To Kill a Mockingbird (Matar un ruiseñor). Más de 200 personas hicieron frente al clima húmedo del verano para comprar el libro a medianoche en Ol' Curiosities & Book Shoppe.
Un imitador de Atticus Finch, con gafas y un maletín, entretuvo a los clientes, varios de los cuales iban vestidos como personajes del libro. La localidad tuvo una jornada llena de actos, incluyendo lecturas, paseos guiados y cócteles de julepe de menta en el exterior del juzgado.
Pero al mismo tiempo, había emoción e incredulidad porque Atticus Finch, un modelo de integridad que en la década de 1930 defendió a un hombre negro acusado falsamente en el primer libro, aparezca retratado como un racista 20 años después en la secuela.
"Estoy nerviosa. Me reservo mi opinión, pero estoy lista para enfadarme. Él es el epítome de la brújula moral", dijo Cher Caldwell, una profesora de inglés de 43 años de Kentucky.
May dijo que intentará evitar que le destripen la trama, pero que está muy preocupada por la posibilidad de encontrar a un Atticus distinto.
"Atticus ha sido una persona de tipo heroico durante nuestras vidas aquí en el condado de Monroe y en todo el mundo. Sería bastante decepcionante", dijo May.
La novela fue escrita años antes de Matar un ruiseñor, y contiene pistas de la historia que se convirtió en un clásico de la literatura. La nueva novela presenta la vuelta del personaje de Scout Finch a casa en la localidad ficticia de Maycomb en la década de 1950.
Jan Anderson, de 48 años, dijo que espera saber qué les pasó a los personajes de los que se enamoró cuando leyó el primer libro en la escuela secundaria, añadiendo que siempre imaginó que la comprometida Scout Finch se convertiría en abogada o en algún tipo de activista por la justicia.
"Voy a leerlo en un par de horas", dijo Anderson.
La librería, ubicada cerca de la plaza del juzgado en Monroeville, pidió más de 10 mil copias de "Watchman" para una localidad con menos de 6 mil 300 habitantes. "Creo que mucha quiere esperar y leer todo el libro por sí mismos", dijo el dueño del establecimiento, Spencer Madrie.
Se espera que Lee, de 89 años, pase el martes en una residencia de ancianos donde vive en Monroeville.
sc