Darío Jaramillo presentó su más reciente publicación, Basta cerrar los ojos, una antología personal, que también reúne poemas inéditos.
En conversación con el poeta Hernán Bravo, Darío Jaramillo habló del proceso que lo llevó a publicar una colección personal.
“El trabajo surgió al seleccionar poemas con la humildad posible del poeta, en orden cronológico y otros sin publicar”. Afirmó que siempre procura tener un fiscal, alguien que le ayude en vigilar su trabajo, en esta ocasión una amiga cercana ayudó a hacer la selección para la publicación, quien aconsejó incluir más poemas de amor.
En el libro Historia de una pasión Darío mostró su profunda vocación por la poesía, sin embargo es ahora que a juicio propio reúne sus versos para sus lectores. Basta cerrar los ojos, publicado por editorial Era inicia con “Tratados de retórica” de 1978, viaja por las palabras y las anécdotas incluso incluye un poema particular inspirado en la vez que conoció a Chavela Vargas, un abrazo mágico que bastó para ser escrito en verso.
La publicación es sencilla pues para el escritor “un libro así debe caber en el bolsillo para ser usado cuando se necesite, para poder encontrar al azar un poema, para no ser leído desde el inicio hasta el fin, esa es la diferencia para mi entre leer una novela u otro género”.
Su estrategia en el proceso creativo no es una en particular pues cuando tenía 35 años necesitaba contar algo que le había sucedido y el verso no era el género correcto para su historia, sin embargo tampoco era bueno desarrollar diálogos, entonces decidió hacerlo a través de cartas; así surgió Cartas Cruzadas, novela donde los protagonistas se comunican por este medio.
Escribir, para él es tachar, y después hacer una lectura en voz alta al estilo de Gustave Fleubert.
Hacer poesía para este escritor es como ponerle musicalidad a unas palabras que no tienen asonancia. Afirmó que no le interesa escribir para los poetas, con lenguajes rebuscados pues prefiere la dificultad de escribir poesía fácil y aseguró sentirse orgulloso de ser un escritor leído por las secretarías y las colegialas.
Darío Jaramillo comentó que hay dos vertientes de lectores, los hijos de Lope de Vega y los de Góngora, “yo soy un hijo de Lope” de la escuela de Bécquer, de Machado.
Jaramillo mencionó una anécdota acerca de la cercanía que han tenido los lectores con su obra, en especial con sus poemas, pues hace tiempo en una conferencia en Bogotá una pareja se acercó a comentarle que sus versos sirvieron para que ellos estuvieran juntos, tener una familia, además su hijo fue nombrado Darío en honor al escritor. Para el colombiano es un gusto que sus poemas sirvan a los lectores incluso para seducir a la amada, “eso es lo útil de la poesía”.
En la parte final de Basta cerrar los ojos hay una serie de poemas titulada CConversaciones con Dios, donde muestra su gusto por la contemplación y la soledad.
El también ensayista y novelista que es conocido como el renovador de la prosa colombiana, nació en Antoquía en 1947, estudió Derecho y Economía en la Universidad Javeriana de Bogotá, ha publicado siete libros de poemas incluido el más conocido Poemas de amor de 1968 Cartas cruzadas, además de Antología de la crónica latinoamericana actual.
Jaramillo visitó el país con motivo del primer Coloquio Internacional de literatura fantástica organizado por la UNAM y el Claustro de Sor Juana