El ballet contemporáneo es un género  que desde hace mucho tiempo es de gran relevancia para las compañías más importantes del mundo. Paralelamente a El lago de los cisnes, el público también puede apreciar obras  de coreógrafos como Jiří Kilián, Nacho Duato o William Forsythe.

Actualmente, en México el ballet contemporáneo está prácticamente olvidado. Las pocas compañías dedicadas esencialmente al ballet, como  la Nacional de Danza (CND), han optado, desde hace muchos años, por privilegiar  el repertorio clásico.

Ante la ausencia de propuestas audaces, bailarines, en su mayoría ex miembros e intérpretes en activo de la CDN, han creado, por separado, dos compañías dedicadas al ballet contemporáneo: Mexico City Ballet (MXCB) y Convexus. Dos esfuerzos que pretenden llenar un vacío artístico, largamente exigido en la escena nacional.

“La danza, a nivel institucional, está sumida en una crisis que no permite la evolución; las convocatorias para apoyar proyectos de danza son mínimas y los resultados benefician a un muy reducido grupo. Además, en México las líneas artísticas son muy marcadas, tiene dos rutas distintas que nunca se cruzan: la clásico y la contemporáneo. Y cuando se llegan a juntar, el resultado no es innovador ni vanguardista. En MXCB tenemos el compromiso y el objetivo de que esas dos líneas logren converger y ofrecer funciones de alto nivel porque es un compañía compuesta por grandes bailarines”, comenta en entrevista Jasmany Hernández, director de la compañía MXCB.

La innovación.  Jasmany  Hernández, ex miembro de la CND, ha dedicado su vida a la danza clásica, pero sintió la necesidad de ampliar los horizontes artísticos, rebasar los límites establecidos. Algunos de sus compañeros coincidieron con él. Todos ansiaban la libertad creativa e interpretativa.

Era 2012  y un pequeño grupo de bailarines no tenían nombre ni perspectivas, pero con la anuencia de la entonces directora de la CND  estrenaron En azul  de Yazmín Barragán, actualmente corifeo de la Nacional de Danza y coreógrafa residente de MXCB.

Gracias a los resultados positivos de ese primer paso se le comisionó a la coreógrafa dos obras más con  bailarines de la CND, Suite Imperial y Dvorak.

Este primer paso se dio con el apoyo de la CND, pero el segundo debían hacerlo de manera independiente. Tiempos libres, días de descanso fueron dedicados a construir el nuevo proyecto. Así surgió MXCB, su debut fue en 2014 en el Teatro de la Ciudad de México en donde ofrecieron una gala.

Este año regresan a ese espacio para ofrecer un programa más sólido: la reposición de la obra Prisma, que da vida a los colores con música compuesta ex profeso para esta obra que será interpretada en vivo por su mismo autor, el cubano José Víctor Gavilondo Peón; el reestreno de una obra del coreógrafo Jaime Camarena, el estreno de la videodanza Umbral, dirigida y editada por Aram Vidal,  y la presencia del Primer Bailarín del Ballet de la Ópera de Dortmund, Alemania, Harold Quintero. Se presentará el  27 y  28 de junio, a las 19:00 y 18:00 horas, respectivamente.

“Deseamos ser un referente del ballet contemporáneo en la ciudad de México y a nivel internacional. Actualmente todos los bailarines residen en México y son de diferentes nacionalidades, de países  como Australia, Perú, Cuba y México. Es una compañía joven y totalmente independiente. Hacemos un programa anual y nuestro crecimiento tendrá que ir de la mano de proyectos de gestión y de becas. Todos tenemos formación de danza clásica, pero queremos desmarcarnos de las tendencias que ya se ven, no vamos a competir ni con la CND ni con ninguna otra compañía, la meta es ser la mejor compañía de ballet contemporáneo con residencia en la ciudad de México”, comenta Hernández.

Los bailarines de MXCB coinciden en que la libertad del ballet contemporáneo ha potenciado sus capacidades, e implica un compromiso mayúsculo porque cada uno es solista; además, dicen, el anhelo es que este proyecto se convierta en una opción sólida para los intérpretes y para el público.

El esfuerzo.  Convexus Ballet Contemporáneo, dirigida por el coreógrafo y bailarín Francisco Rojas, ex miembro de agrupaciones como la  CND y Sidney City Ballet, también tiene su génesis en el mismo anhelo: diversificar la escena dancística nacional y retirar el almidón a la danza clásica.

“En la CND teníamos un repertorio más amplio, pero me fui en 2008 porque acepté ofertas de trabajo. Al regresar en 2012, después de todas las experiencias, me di cuenta de que en México tenemos un retraso de por lo menos 40 años. ¿Por qué no ha llegado a México la obra de los grandes creadores de nuestro tiempo? Puede ser porque aquí el gusto de los directores artísticos es conservador o porque las finanzas no lo permiten”, dice.

Y agrega: “Ante el panorama, me sentí con la necesidad de ser otra plataforma artística no sólo para el público, sobre todo para mis colegas. Muchos de nosotros estábamos sometidos a la rigidez de lo clásico, eso tiene que cambiar, fortalecerse, evolucionar”.

La compañía creada en 2013 estrenará The Joy of the Evident, ejecutada por un ensamble de siete bailarines, con la que  rinde un homenaje a dos grandes coreógrafos: George Balanchine y William Forsythe.

Tendrán cuatro funciones, el jueves 2 y viernes 3 de julio a las 20 horas, sábado 4 a las 19 horas y el domingo a las 18 horas en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.

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