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ana.pinon@eluniversal.com.mx
Leo Matiz, dice Alejandra Matiz, vivió arrepentido de haber peleado con David Alfaro Siqueiros, a quien acusó de plagio. “Mi papá le entregó 500 fotografías, creyó en el proyecto, creyó en la Revolución Mexicana, buscó los modelos para presentárselo al muralista. “Se arrepintió muchísimo de haber peleado con él, de haber tenido que dejar México; Colombia nunca ha estado al nivel cultural de México y para él fue terrible, su carrera se vio un poco truncada por haberse ido. Cuando regresó al país en 1997 pidió que no hablara de Siqueiros, que no dijera nada, porque tenía miedo de que las brigadas de Siqueiros todavía anduvieran por ahí. Le dijimos que no se preocupara. Mi papá adoró a este país y es maravilloso que después de esa controversia pueda formar parte del muralismo mexicano”, recordó Matiz durante el recorrido por la muestra Leo Matiz: el muralista de la lente. Siqueiros en perspectiva, que se presenta desde hoy y hasta el 15 de octubre en las salas Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros del Museo del Palacio de Bellas Artes.
Esta muestra se presenta en el marco del Año Dual México-Colombia y forma parte de un corpus realizado en conjunto con el Antiguo Colegio de San Ildefonso y la Fundación Leo Matiz, que dirige Alejandra Matiz, con la que se conmemora también el centenario del nacimiento del fotógrafo nacido en Aracataca, Colombia.
La exhibición consta de 40 piezas seleccionadas por los asesores curatoriales Estela Treviño, del Palacio de Bellas Artes; Miguel Ángel Flórez, biógrafo del artista, y Alejandra Matiz. Son cuatro series fotográficas de retratos y modelos pertenecientes a las colecciones de la Fundación y de la Sala de Arte Público Siqueiros que revelan la influencia de la fotografía en el desarrollo de los murales y pinturas de caballete de Siqueiros. En 1947, la relación entre ambos creadores terminó en medio de un debate público y de mutuas acusaciones.
Flórez sostiene que el interés de la muestra es resaltar la colaboración entre los artistas y darle énfasis a la fotografía como una herramienta artística de los métodos de trabajo de Siqueiros. “Hoy, con la apertura de esta muestra, se reconoce esta colaboración. El tiempo decanta la polémica y sitúa a ambos artistas en el mismo nivel de búsqueda estética. Este es el gran aporte del redescubrimiento de Leo Matiz. Me parece que el día de hoy se salva una deuda estética e histórica con el fotógrafo. Una deuda que lo atormentó mucho, se fue con mucho dolor por la quema de su estudio, por las brigadas de choque de Siqueiros. Pero esta muestra no pretende victimizar a Matiz ni villanizar a Siqueiros”.