llegó a Argentina, y resulta natural que su entrada haya sido problemática. Por un tema de papeles que se solucionó enseguida, pasó tres horas demorado en la oficina de migraciones del aeropuerto de Ezeiza , junto con familiares y dos asistentes.

Ai Weiwei es uno de los mayores referentes del arte del siglo XXI y de la disidencia cultural china, y se caracteriza por la denuncia de las violaciones de los derechos humanos y su enfrentamiento con toda clase de poder. La controversia, la polémica y, también, la persecución política son constantes en su vida y obra. En su país, permaneció arrestado durante 81 días sin cargos y tuvo el pasaporte retenido durante cuatro años.

Ahora reparte sus días entre sus estudios en Berlín y Pekín, y sus incontables viajes por el mundo haciendo la mezcla de arte y activismo que es su sello. En Argentina pasará tres días solamente -antes de seguir viaje a San Pablo y Santiago de Chile-, para explorar escenarios e inspiraciones para hacer una obra de sitio específico que podrá verse a partir del 18 de noviembre, cuando se inaugure su primera muestra antológica en América latina en la Fundación Proa .

En el aeropuerto lo esperaba quien será el curador de la exposición, el brasileño Marcello Dantas . El cineasta Alejo Moguillansky le siguió los pasos en todo momento: abundan los documentales al estilo reality sobre las andanzas del artista. No hace falta esperar a verlo para saber dónde está Ai Weiwei. Adicto a Instagram, es fácil seguir su jornada.

Ayer, la primera parada fue en una parrilla, Puerto Viejo, en La Boca, donde almorzó junto con una comitiva de doce personas, a la que se unió el editor Sigismond de Vajay , del sello KBB. Ahí probó las empanadas, el asado y el vino mendocino. Anduvo por Caminito, donde fue reconocido por varios fans, y se hizo selfies con una estatua caricaturesca del .

Camino a Proa, Dantas y los chicos que vinieron con Ai Weiwei (su hijo y un sobrino) jugaron con un dron similar a los de la instalación Hansel & Gretel, una alegoría de la vigilancia en la sociedad contemporánea que acaba de inaugurar en Nueva York con los arquitectos suizos Herzog y Meuron (los mismos con quienes trabajó en el Estadio Olímpico de Pekín en 2008).

Ya en Proa, visitó la muestra de Yves Klein en su último día y miró bien las instalaciones, guiado por la directora del espacio, Adriana Rosenberg . De sus obras más notables, se sabe que traerá al país las instalaciones Semillas de girasol (100 millones de pequeñas semillas de girasol realizadas en porcelana) y Por siempre bicicletas, unas 760 bicicletas apiladas, además de esculturas, objetos, videos y fotografías. En sus planes está recorrer hoy la ciudad. Mañana dará más detalles en una conferencia de prensa.

nrv

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses