El mundo mágico y surrealista de la pintora inglesa (1917-2011) es una mezcla de la cultura celta y la cosmovisión prehispánica mexicana, aseguró Alfonso Zarate , museógrafo de la exposición 100 años de una artista Leonora Carrington .

Entrevistado a propósito de la muestra con la que se celebra el centenario del natalacio de la pintora nacida en Lancashire, Inglaterra, y que se presenta en le Biblioteca México en La Ciudadela, dio a conocer que fueron esos dos aspectos los que influyeron en la artista y configuraron el imaginario surreal de su pintura.

Contó que fue su nana, intentando hacerla olvidar los horrores de la guerra, quien le inculcó el gusto por la cultura celta y su afición por duendes y hadas, luego, cuando viaja a México se encuentra con otras culturas y toda la cosmovisión prehispánica que las rodea.

“Todo eso -acotó- hizo que tuviera un bagaje complejo, creía y pensaba en otros mundos que su nana le había platicado; ya en la adolescencia era como un modo de abstraerse de esa realidad. Lo importante es que cuando viaja a México, donde una vez más, tiene que adaptarse a otro entorno se interesa por las cuestiones prehispánicas".

Al fundirse ambos bagajes, aparecen los nuevos seres de Leonora, como bestias, paisajes sobrenaturales, pero con una cosmovisión ancestral mexicana, explicó.

De acuerdo con el museógrafo, quien para esta exhibición trabajó al lado de Gabriel Weizs, hijo de la artista, de manera metafórica Leonora creó sus personajes a modo, "echándolos en un caldero, así como las brujas que mezclaban uñas de gato con otros ingredientes, así Leonora hizo su estilo con el que se conoce.

Aclaró que a partir de esta fusión fue como la artista comenzó a plasmar en su obras a sus diferentes personajes, es el caso, del boceto del mural que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología "Mundo Mágico de los Mayas”.

“Aquí se observa claramente todo esto, como es este bagaje, donde se aprecia el mundo Celta, los magos, las brujas, los caballeros, las hadas; pero cuando llega a México y conoce a los mayas, hace una nueva concepción y está presente ahí”, dijo.

La muestra, que cerrará el próximo 9 de julio, muestra a una Leonora Carrington más, humana, más mujer y más madre.

La exposición, distribuida en la Galería Abraham Zabludovsky, el Patio de Escritores y el Vestíbulo del Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado, se integra por 180 piezas que reúne obras en diversas técnicas, desde reproducciones de sus cuadros, bocetos para teatro, esculturas, tapices y escritos, entre los cuales están relatos, obras de teatro y novelas, algunas expuestas por primera vez.

En esta exposición, Zarate habló además de la Leonora rebelde, según la descripción de Gabriel Weisz al montar la exposicón.

“Gabriel me comentaba que esa rebeldía no era rebeldía por rebeldía, sino que tenía un carácter y propósito, no deseaba pertenecer a los estándares convencionales de la sociedad inglesa, deseaba hacer otras cosas.

“Entonces, el hijo me platica no sólo de Leonora la artista sino de la madre, como Leonora le hablaba de los horrores de la guerra, como es que tuvo que viajar huyendo de los nazis y llegar a México, y en este país empezar desde cero y enfrentarse a una cultura y sociedad totalmente diferente a la inglesa; comenzar a conocer nuevos personajes e iniciar así con el mito de Leonora”, refirió.

La exhibición, realizada con la curaduría de Gabriel y Daniel Weisz , hijo y nieto de la creadora, y la museografía de Alfonso Zárate , se realiza en celebración de la vida y obra de la destacada artista de quien el 6 de abril se cumplieron 100 años de su nacimiento .

El montaje aborda la infancia y adolescencia de Leonora en Inglaterra. Se pueden ver escritos y dibujos que realizó en esas etapas de vida, sus amigos en París, su encuentro con Max Ernst, copias de cartas de la artista durante la Segunda Guerra Mundial, así como de César Moro, Andre Bretón, Alice Rahon y Benjamin Peret.

Está documentada su llegada a México, su trabajo como ilustradora, su proyecto de fabricación de tapices junto al fotógrafo Chiki, padre de sus hijos, así como esculturas y objetos surgidos del material de sueños y visiones que tuvo la artista surrealista.

El arte pictórico de Leonora Carrington se puede apreciar en las reproducciones de las pinturas "Down Bellow" (1941), "Song of Gomorrah" (1963), "Night Nursery Everything" (1948), "No!" (1969), "The House Opposite" (1945), "Pintura Darvault" (1950), "Reflection of the Oracle" (1959) y "Pyromania" (1965).

“100 años de una artista: Leonora Carrington” estará abierta hasta el 9 de julio de las 10:00 a 18:30 horas en el recinto situado a un costado de la estación del Metro Balderas.

nrv

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