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“Cuando ves una imagen espantosa una y otra vez, deja de tener efecto”, es una frase de Andy Warhol en la galería 2 del Museo Jumex, que desde hoy expone la mayor y más completa muestra del estadounidense en México. La frase recoge un énfasis de esta exposición, curada por Douglas Fogle: la vigencia de Andy Warhol en la cultura contemporánea, en tiempos de la imagen, tiempos de Instagram.
Justo ayer, durante la conferencia de prensa de la exposición Andy Warhol. Estrella oscura, Fogle afirmó: “Warhol, en muchos sentidos nos da una imagen precursora del mundo en que vivimos”; un mundo —dijo— donde las imágenes circulan constantemente, de ahí que no duda en llamar el actual como “un momento Warhol”.
Aquella frase del artista en la galería 2 acompaña una obra de la serie “Desastres”, Electric Chair; es una pieza de los años 60, como casi todas las de esta exposición —cualidad que resaltan el curador y los directivos del Museo, puesto que los 60 fueron los años más importantes de Warhol, su periodo más “radical”. Electric Chair, como muchas de sus obras, nació de una noticia, es la imagen multiplicada a través de la serigrafía sobre fondos de colores de la silla en la que dos civiles fueron condenados por espionaje en los 50, una obra que, en palabras del curador, “delata a una cultura que consume a su propia especie”. El arte de Warhol, reiteró Fogle, habla de la fascinación que tenía con los medios.
Esa cultura de los años 60 en los Estados Unidos, que fascinó a Warhol y que entendió y reflejó de un modo único, está en los muros del museo a través de algunas de sus obras más importantes, obras en tela, pinturas metálicas, así como algunos de sus filmes; obras de su archivo personal que muestran su proceso creativo, y las reconocidas esculturas de sus Cajas de jabón, cereal y sopas. Piezas provenientes de 18 museos internacionales, que por primera vez se reúnen en América Latina, algo que destacó Eugenio López Alonso, presidente de la Fundación y el Museo Jumex. Algunos de los recintos que prestaron obras son el Andy Warhol Museum en Pittsburg, el MoMA de San Francisco, el Guggenheim, Los Angeles County Museum of Art, Whitney y The Art Institute of Chicago.
López Alonso dijo que Warhol y Picasso son los dos artistas más importantes del siglo XX; idea que compartió el curador, quien, incluso, fue más allá al opinar que Warhol es hijo de Picasso y Marcel Duchamp. Pero Fogle no dejó de reconocer que Warhol fue uno hasta 1968 y a partir de entonces, otro: un artista que en los años 80 “se volvió una celebridad como las que pintaba”.
Diálogos con el presente. En la sala de Electric Chair también está otra pieza nacida de una de esas imágenes “espantosas”: la de Race Riot (Disturbio Racial), hecho que tuvo lugar en Birmingham, que Warhol llevó a sus serigrafías y que cobra vigencia en el momento actual.
El recorrido, que inicia en la galería 3, despliega el mundo de figuras del espectáculo y los medios. Están ahí el impresionante Mao, del Art Institut of Chicago, que mide más de cinco metros, y al que rodean un Marlon, en sus años de Salvaje (Wild); un Elvis y un Autorretrato del Andy Warhol Museum. En el centro de esta sala se concentra casi toda la serie de pinturas en torno de Marilyn que trae la muestra. Acerca de ella, en una cita de Warhol se lee: “Yo veo a Monroe como cualquier otra persona. En cuanto al simbolismo de pintarla en colores violentos: es belleza, ella es bella y si hay algo que es bello son los colores lindos”. También están ahí otras de sus piezas de “Desastres”, en torno a accidentes y muertes, y las serigrafías de Campbell’s.
El Museo ha dispuesto la galería 1 para la proyección de filmes; la planta baja ha habilitado un espacio a la manera del taller, The Factory; este espacio y una reproducción de la serie de Vacas son los únicos donde el público podrá tomarse fotografías. Por derechos de autor no se pueden hacer fotos ni videos en ninguna sala. En cambio, hay en cada sala una inusual vigilancia de ocho policías, y están armados.