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El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado inaugura hoy en el Nederlands Fotomuseum la exposición Génesis , un recorrido visual por más de cuarenta países en 250 imágenes en blanco y negro de paisajes naturales, colonias de animales y comunidades de tribus aisladas en África y la Amazonía.
"El nombre de la exposición no es por que seamos religiosos, nosotros no creemos en ningún dios. 'Génesis' significa 'el principio de todo'. Por ejemplo, las tribus que retrato no han tenido casi contacto con el mundo moderno", explica Salgado en un encuentro con varios medios de comunicación, entre ellos Efe.
Sus fotografías reflejan un mundo que en las grandes ciudades sólo se conoce a través las pantallas: las colonias de elefantes marinos en Georgia dan paso a rituales de poblaciones aisladas en África o en la Amazonía brasileña, pasando por las dunas del desierto del Sahara, entre otros paisajes.
Salgado, quien reconoce que vivió momentos peligrosos a la hora de tomar algunas de las imágenes, habla lento y pausado, acariciándose a menudo la cabeza con las dos manos, como para ordenar sus pensamientos antes de expresarlos.
"Los humanos somos extraterrestres en nuestro propio planeta, hemos extraído demasiado de él. Ya no vivimos en países como Holanda o Brasil, sino en ciudades como São Paulo o Amsterdam", dice.
"En cambio -continúa- cuando vuelvo a estos lugares aislados, siento que regreso al que realmente es nuestro mundo".
La primera gran fotografía que recibe a los visitantes en el museo es la de un iceberg que flota a la deriva en el Antártico y que, en su base, dibuja un arco que amenaza con separar el bloque de hielo en dos.
Salgado explica que, para sus expediciones por el mar, aprovecha los viajes que hacen los científicos que estudian la fauna marina.
Esos viajes no siempre son seguros porque, "cuando parte de un iceberg se hunde, provoca una ola con fuerza suficiente para hundir nuestras barcas", indica Salgado.
Otra de las fotografías en alta mar refleja la cola de una ballena en las aguas de la argentina Península de Valdés, cuyos dos golfos proporcionan refugio a estos gigantes del agua.
"La que he seleccionado para la exposición era muy curiosa. Cuando veía nuestro barco se acercaba a curiosear e incluso se hizo amiga nuestra", narra el fotógrafo, quien declara que llegó "a acariciarla con la mano como si fuera un perro".
La revolución de lo digital en el mundo de la fotografía llegó cuando Salgado estaba a mitad del proyecto de "Génesis". El 50% de las imágenes de la exposición han sido tomadas con cámaras que funcionaban con negativos, mientras que el resto son digitales.
La mayoría de las instantáneas expuestas han sido tomadas a contraluz, dando a las figuras centrales un tono sombrío, incluso lúgubre, que contrasta con fondos más luminosos.
Una de las imágenes retrata la hostilidad del clima en el que viven los nenets, una etnia asentada en el norte de Siberia que sufre una niebla tan densa que dificulta ver el sol, u otra tomada en el lago Puilanga, en Brasil, donde los indios waurá pescan subidos a unas canoas de tamaño minúsculo.
Una de las partes más laboriosas del trabajo, reconoce Salgado, es pasar los trámites burocráticos para poder acceder a zonas protegidas en las que viven algunos indígenas.
Es el caso de las tribus amazónicas de Brasil, donde la solicitud debe ser aceptada tanto por las fundaciones que las protegen como por las comunidades locales.
"Una vez obtenidos los permisos no hay ningún problema. Voy siempre con un lingüista o un antropólogo que me facilita la comunicación con ellos", agrega Salgado.
"Génesis", que ya ha pasado por Londres y París, estará abierta al público en Rotterdam hasta el próximo 17 de septiembre.
nrv