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Centros de detención, tráfico humano, y milicias armadas son parte de una exposición de fotoperiodismo que retrata la tragedia humana en Libia, a través de la lente del mexicano Narciso Contreras.
Con el apoyo de la Fundación Carmignac el fotógrafo mexicano expone en la Galería Saatchi de Londres una serie de conmovedoras fotografías de la crisis de refugiados y asilados en Libia.
El país africano ha sido históricamente una zona de tránsito para los inmigrantes que tratan de llegar a Europa cruzando el Mediterráneo, pero hoy también es un lugar de compra-venta de esclavos a manos de las milicias armadas que tienen vínculos con mafias de África y Europa.
En entrevista exclusiva con Notimex, Contreras explicó que en Libia existe tráfico humano, contrabando y esclavitud moderna.
“Libia no solamente es un punto de tránsito para migrantes. Libia es un destino de tráfico humano y de esclavitud, donde los migrantes se venden y se compran en centros de detención a lo largo de las rutas de tráfico, eso fue lo que documentamos”.
Tras obtener el Premio de Fotoperiodismo Carmignac, Contreras viajó tres veces a Libia en 2016 para documentar la crisis de inmigrantes pero al llegar al país norafricano se encontró un mercado de tráfico y contrabando humano.
“No hay solamente una crisis migratoria, es un mercado vivo de gente en donde las milicias que controlan el país al mismo tiempo se benefician de este tráfico humano. No hay un gobierno unitario...desde la caída de Gadafi”, comentó Contreras.
Libia: un mercado humano revela la tragedia en los centros de detención. Uno de ellos fue un zoológico convertido en prisión donde Contreras encontró a un grupo de mujeres detenidas de manera permanente, algunas con enfermedades mentales.
Una de ellas, una joven africana -cuyo nombre y edad no pudieron ser verificados- es una de las imágenes emblemáticas de esta exposición porque a los ojos de Contreras en ella convergen la belleza y el horror del sufrimiento humano.
“La analogía del encierro en una jaula de un animal, en esta condición de incapacidad mental sin tener conciencia de dónde estás, de quién eres y lo que estás pasando fue terrible. Estas mujeres son un símbolo que contiene todos los errores”.
Comentó que una de las mujeres con las que tuvo mayor contacto “era claro que no sabía su nombre ni de dónde era, pero hablaba insistentemente de su bebé y entendí que había sido víctima de aborto forzado, y también víctima de violación”.
Libia es un país de difícil acceso -desde la guardia costera y centros de detención- por lo que documentar la crisis a través de los canales oficiales “fue imposible” porque la burocracia libia es “impenetrable”, narró el fotógrafo mexicano.
Contreras estuvo 75 días en el terreno documentando la crisis humanitaria, pero lo que más le sorprendió fueron los centros de detención.
“Los centros de detención son terribles. La sensación del lugar, el olor, el ambiente, las condiciones inhumanas en la que esta gente es forzada a vivir, pero lo más terrible al entrar a este mundo oscuro es la complicidad que existe”.
Señaló que tuvo acceso a centros de detención controlados por milicias “donde entrevisté a esclavos” que trabajaban para el jefe de la prisión.
Contreras se topó con la burocracia de un sistema fallido que está controlado por grupos armados tras la caída de Muamar Gadafi en 2011, quien gobernó con mano dura durante más de cuatro décadas.
La exposición que está abierta al público hasta el 17 de junio es el nuevo trabajo de Contreras quien ganó uno de los premios Pulitzer en 2013 por su trabajo durante la guerra de Siria.
nrv