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abida.ventura@eluniversal.com.mx
Los colores del arte mexica brillarán en el Museo del Templo Mayor. A través de la exposición Nuestra sangre, nuestro color. La escultura polícroma de Tenochtitlán, que el recinto inaugurará este jueves, el público podrá apreciar en todo su esplendor 28 obras creadas por este pueblo mesoamericano.
La muestra incluirá entre las obras maestras del arte mexica diversas imágenes de cerámica y de piedra de los principales dioses: Tláloc, Chicomecóatl, Xochipilli, Xiuhtecuhtli, así como de los grandes monolitos Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli.
Según el Museo, una de las piezas claves en esta exposición será el cráneo de un guerrero sacrificado que fue decorado por los mexicas para representar al Dios de la Muerte. A la par de esta pieza poco conocida se exhibirá una réplica en 3D en la que se restituyen sus colores, el azul y negro.
Gracias a la tecnología de punta, algunas de las esculturas seleccionadas para esta muestra serán reproducidas de manera digital para que los visitantes puedan conocer los colores originales de estas emblemáticas piezas.
La exposición se basa en la investigación que el Proyecto Templo Mayor, dirigido por el arqueólogo Leonardo López Luján, ha realizado a lo largo de 30 años en lo que fue el recinto ceremonial de la antigua Tenochtitlán. Una de las líneas de investigación que este proyecto lleva a cabo desde hace unos años es precisamente la policromía en los murales, edificios arquitectónicos y esculturas del sitio arqueológico. Después de varios años de estudios y análisis, los especialistas han podido descifrar algunos pigmentos y la paleta cromática que habrían utilizado los antiguos mexicas. Entre los colores que se han identificado hasta ahora están el rojo, el vino, el ocre, el azul, el blanco y el negro.
La exposición que está conformada por piezas de la colección del museo estará estructurada en 10 módulos que darán cuenta sobre la importancia del color en el arte mexica, los colores y pigmentos que se utilizaban, así como la restauración y conservación de los pigmentos en las esculturas, como fue el caso de la Tlaltecuhtli cuyo análisis y proceso de conservación marcó un paradigma en el tratamiento de piezas de arte mesoamericano.
Este montaje se suma a otras dos actividades que el Museo y el Proyecto Templo Mayor realizó anteriormente en torno al cromatismo en las esculturas antiguas: la muestra El color de los dioses que se exhibió en el Museo del Palacio de Bellas Artes y un coloquio internacional que tuvo lugar en El Colegio Nacional en enero pasado. La actividad también forma parte de los 30 años del museo creado en 1987.
Nuestra sangre, nuestro color. La escultura polícroma de Tenochtitlán se podrá visitar hasta agosto en el Museo del Templo Mayor, ubicado en Seminario número 8, Centro Histórico. Abre de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas. El costo de entrada es de 65 pesos. El domingo es entrada libre para mexicanos y extranjeros que residen en el país.