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Roche Bobois, la firma francesa de muebles de alta gama, en alianza con algunos grandes maestros artesanos de México dedicados a la elaboración de textiles, crearon el proyecto “L’Artesanía de Vivir”, una exposición itinerante de sillas arte-objeto en nuestro país. En abril se estrenará en Puebla y después partirá a Oaxaca y Canadá.
Cuatro modelos icónicos de sillas que tiene la marca —algunas de estilo contemporáneo y otras de Luis XVI—fueron intervenidos por artesanos del Estado de México, Jalisco, Chiapas, Oaxaca, Puebla e Hidalgo “para mostrar lo que realmente es México, para difundir el arte popular y que la gente lo valore”, dice María Esther Villar Otero, directora del proyecto.
En 32 sillas se plasmaron con brocados, bordados y telares de cintura: rituales ancestrales, costumbres, astros, dioses y entornos naturales.
Los encargados de “L’Artesanía de Vivir” fueron a explorar los rincones de las comunidades tejedoras para dar con aquellos textiles más emblemáticos en nuestro territorio.
En Chiapas, por ejemplo, “encontramos textiles en peligro de extinción, como los paños de carrerante de la comunidad tzotzil Venustiano Carranza. Ya son pocas las artesanas que saben esta técnica tan complicada, quizá unas cinco”, asegura la directora, entre ellas Ángela Vázquez de la Torre, una de las artistas que intervino la silla que lleva por nombre Cadenas Ancestrales.
María Esther Villar cuenta que para la elaboración de los carrerantes se requiere mucho tiempo, y los jóvenes de la comunidad ya no lo tienen. “Depende de la medida, pero la creación de un paño puede tomar alrededor de seis meses”.
Del estado de Jalisco se muestra el trabajo de dos artistas huicholes: Lucas Castro Jiménez y Gregorio Barrio Montoya, quienes decoraron 12 sillas con chaquira; cada uno con su sello propio. En algunas de sus piezas Lucas representa las costumbres de la cultura wixarika, como la ceremonia ancestral a través de símbolos, como el peyote, el tambor, el chamán.
En este viaje por México teñido por el limón, el añil y la grana cochinilla nos detenemos también en Oaxaca. A Pedro Martín, su padre lo corrió de la casa: el bordado no era para los hombres. Ahora, su mamá y sus hermanos ya tienen una cooperativa gracias a él. Su silla se llama La vida en el árbol, en el que habitan los animales que él ve retozar por su casa.
“L’Artesanía de Vivir” by Roche Bobois se quedará en Puebla, en el Museo Barroco, del 5 de abril al 8 de mayo. Al Centro Cultural San Pablo, de la ciudad de Oaxaca, estará del 15 de mayo al 1 de julio. Posteriormente irá a Canadá.
Faltan muchas técnicas en esta exposición, pero ya se están trabajando con otros estados. “Es tanta la riqueza que es un proyecto infinito para difundir el trabajo de los artesanos que, a veces, no reciben un pago justo y ético para que sigan creyendo que ellos son los que dan color a México”.