Más Información
Osiel Cárdenas, exlíder del Cártel del Golfo, recibe auto de formal prisión; enfrentará juicio por homicidio
Jóvenes mexicanos pasan más de 2 mil horas al año en el teléfono; OCDE alerta sobre su impacto en la salud mental
Sergio Gutiérrez Luna destaca aprobación de 25 reformas en la 66 Legislatura; "Un logro histórico para la 4T", señala
Secretario de Agricultura reafirma defensa del maíz blanco; "Seguiremos apoyando la producción nacional no transgénica", afirma
¿Maíz transgénero? Rubén Rocha corrige desliz durante discurso en Sinaloa; destaca importancia del maíz blanco
Sheinbaum asegura apoyo total a Sinaloa para enfrentar violencia; "Nunca los vamos a dejar solos, aquí está la presidenta"
cultura@eluniversal.com.mx
En el auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), en Ciudad Universitaria, el arquitecto Felipe Leal en compañía de sus "víctimas" y amigos, los escritores Juan Villoro y Carmen Boullosa, los artistas plásticos Magali Lara y Carlos Aguirre, el también arquitecto Issac Broid y el fundador del museo Objeto del Objeto, Bruno Newman, presentó su libro homónimo que reúne sus obras arquitectónicas a lo largo de su trayectoria.
“Para Felipe Leal, con un abrazo de sus amadas víctimas”, esas fueron las líneas que Gabriel García Márquez dedicó en algún momento al arquitecto Felipe Leal cuando éste estuvo a cargo del diseño de su casa-estudio en la Ciudad de México.
La obra de la colección Somosur de la editorial colombiana Escala, está dividida en: estudios, vivienda, obra pública cultural y educativa, espacio público y proyectos no realizados, además, incluye textos y bocetos de la poeta Carmen Boullosa.
La gama creativa del arquitecto es tan amplia, que ésta le permite desarrollar proyectos para la intimidad de una persona, o bien, para la vida caótica de la urbe. Entre las obras que figuran en el libro se encuentran las remodelaciones en sitios emblemáticos del Centro Histórico como la Alameda Central y la calle que la conecta a la Plaza de la Constitución, Madero; su obra en la Academia Mexicana de las Ciencias; una espiral en la terminal de autobuses de la estación del metro C.U. que es un homenaje al vértigo de la ciudad, o como dice Villoro, una especie de juego mental que desciende, entre otras.
La charla, que se desarrolló con la naturalidad propia de amigos que se conocen muy bien, fue como entrar a lo más profundo de su intimidad; en ella se hizo un retrospectiva sobre el manejo de la relación espacio-habitante y realidad-naturaleza en los sitios que ahora habitan las figuras que lo rodean.
Carmen Boullosa, novelista, poeta y dramaturga, dijo sentirse en deuda con Leal, quien logró entenderla de tal manera que parte de su hacer literario está inspirado en las dualidades existentes en los proyectos del arquitecto. “En mi larga lista de ‘tedebos’ a Felipe Leal está el vivir en su casa, mi casa que es su casa, una casa que él me leyó y la hizo… Su naturaleza artística es eminentemente social. Sus casas, edificios y obras públicas son de una gramática ‘felipelealiciense’ que entiende la relación entre cosa y uso, entre función y belleza”, expresó.
La pintora Magali Lara recordó experiencias de juventud durante los años como universitario de Felipe Leal, y también resaltó las cualidades del estilo humano y creativo del creador de espacios. “Paso el fin de semana en una casa hecha por él que por cierto obtuvo la medalla de plata en la Bienal de Arquitectura en el 2000 y el resto de la semana en una casa estudio en San Ángel, también hecha por él. Tengo una experiencia intima con la obra de Felipe. Su estilo tiene tres objetivos: relación activa con el entorno, la posibilidad de crear temperatura dentro de la casa y construir momentos de contemplación a través de la relación dentro-afuera”, dijo.
Su también amigo de años atrás, Carlos Aguirre, se refirió a la interacción con Leal como una vivencia de la cual aprendió demasiado. “Cuando le pedí que fuera el arquitecto de mi casa, fuimos a ver el terreno, éste tenía una serie de dificultades, con muchos apantles y árboles, entonces yo le pedí que no tocara ni los apantles ni los arboles, esos límites son los que le interesaron a Felipe, saber sobre qué puede hacer cambios y sobre qué no. Fue un etapa para entender la parte de Felipe, qué le interesa, cómo veía la arquitectura y cómo manejaba los planos. Fue una etapa de aprendizaje” , comentó.
Su colega Issac Broid habló sobre el sentido social en el trabajo de leal y resaltó su labor al frente de la Facultad de Arquitectura. “La arquitectura promovida por Felipe tiene una calidad de construcción que genera una dignidad en el usuario y genera orgullo por la ciudad, eso no es fácil conseguirlo y Felipe lo ha logrado. Los casos más representativo de este orgullo son sus obras públicas en el Centro Histórico, como la restauración de la Alameda Central, que tiene que ver con el respeto a la ciudad. Un tema importante es la labor de Leal en la Facultad de arquitectura, a la que dio vitalidad y generó espacios públicos que volvieron a la facultad policéntrica, además la dirigió a un espacio internacional” puntualizó.
Evocó a los grandes maestros de la arquitectura como Luis Barragán, Francisco Serrano, Teodoro González de León cuyas obras fueron retomadas por Somosur. “La arquitectura nos ha dado una disciplina maravillosa que está presente en esta publicación. La obra es una reafirmación de la importancia de la cultura latinoamericana y de lo que tenemos en México, con las cuestiones más profundas, con la vida diaria y los rituales cotidianos.”, finalizó.
nrv