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Sofía Imber, quien transformó una tienda de repuestos para automóviles en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo de Venezuela, falleció el lunes a los 92 años tras una vida dedicada a la cultura.
Imber, murió en la capital durante la madrugada por complicaciones relacionadas a su edad, dijo su biógrafo, Diego Arroyo Gil.
El anuncio del deceso generó numerosas reacciones de decenas de amigos, artistas y políticos, que inundaron Twitter con mensajes de pésame. "Buen viaje, querida Sofía Imber. Nos diste arte, nos diste cultura, nos diste ejemplo de trabajo incansable. Esa fue tu mejor obra", expresó en su cuenta el humorista Eduardo Edo Sanabria, quien despidió a la periodista con una caricatura en la que se ve sonriente manejando un automóvil.
En 1971, cuando las autoridades venezolanas buscaban un museo para el arte moderno, la crítica de arte, moderadora de televisión y aguda analista política se ofreció como voluntaria. "Si me dan un garaje, lo convierto en museo", expresó Imber.
Con la ayuda de fondos del estado, Imber creó en 1974 una fundación que transformó una tienda de repuestos para automóviles en el primer museo de arte moderno de Venezuela y en uno de los más afamados del continente.
Menos de medio centenar de pinturas y esculturas se exhibían en aquellos primeros años. Pero bastó una década para que aquel local comercial convertido en galería ampliase drásticamente su espacio y se llenara de obras de Picasso, Matisse, Henry Moore, Fernando Botero y numerosos artistas venezolanos.
Para el 2001, último bajo su administración, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas contaba con una colección permanente de 4 mil piezas y recibía unos 15 mil visitantes mensuales.
Imber nació en Soroca, Moldavia, el 8 de mayo de 1924 y llegó a Venezuela en 1930 junto a su familia. Recién graduada en la escuela de periodismo de la Universidad Central de Venezuela, se mudó en 1946 a Bogotá, donde trabajó en la revista Sábado bajo la supervisión de Plinio Apuleyo Mendoza Neira.
En 1944 se casó con el escritor Guillermo Meneses, autor de El Falso Cuaderno de Narciso Espejo, con quien tuvo a sus hijos Sarah, Adriana, Daniela y Pedro Guillermo.
Meneses ocupó cargos diplomáticos en París y en Bruselas entre 1948 y 1959, años en los que Imber lo acompañó y se rodeó de artistas e intelectuales. Vasarely, Picasso, André Malraux, William Faulkner y Gerard Philippe, fueron amigos y consejeros de Imber y Meneses.
La pareja se divorció en 1964 y posteriormente Imber se casó con Carlos Rangel, quien a comienzos de la década del 1960 ocupaba el cargo de subdirector de la revista Momento, un prestigioso semanario caraqueño.
De regreso en Venezuela, Imber escribió para los principales diarios, como El Universal para el cual llegó a ser directora de la sección cultural entre 1975 y 1996. También hizo colaboraciones para El Tiempo de Bogotá y La Nación de Argentina.
Por su labor periodística cosechó muchos galardones, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo en 1971, el primero otorgado a una mujer en Venezuela.
De 1969 a 1993 condujo junto a Rangel Buenos Días, un programa de entrevistas que marcó un hito en la televisión venezolana. Entre sus más de 6 mil entrevistados destacan Jimmy Carter, Eduardo Frei, Simón Peres y el entonces líder sindical polaco Lech Walesa, además de los escritores Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges y Mario Vargas Llosa.
Buenos Días se convirtió en una cátedra de periodismo político la que se debatían los temas del momento con orgullo y "sin pelos en la lengua", como decía Imber. Incluso ex guerrilleros, como el comunista Teodoro Petkoff, y el ex líder del Movimiento de Izquierda Revolucionario Américo Martín, tuvieron una oportunidad para retornar a la vida política en el programa.
Nadie pudo imaginar que el 15 de enero de 1988 Rangel se suicidaría a los 58 años en su residencia. Horas después, Imber fue a grabar un nuevo episodio de Buenos Días. El suceso conmovió profundamente a una opinión pública acostumbrada al valor con el que Imber enfrentó las dificultades.
No obstante, Imber dijo que "uno de los momentos más dolorosos" de su vida ocurrió en 2001, cuando el entonces presidente Hugo Chávez anunció de manera inesperada que la había despedido como directora del museo.
Chávez argumentó que el museo era propiedad del estado venezolano y como parte de su "revolución cultural" decidió retirar a Imber del cargo para abrir sus puertas a las masas tras años en los que, según él, estuvo reservado para las elites.
El mandatario también removió de sus cargos a otros 15 directivos de instituciones culturales estatales, incluyendo compañías editoriales y teatros. En los años siguientes continuó con la toma de instituciones dedicadas a la cultura y las artes para hacerlas coincidir con su ideología socialista.
"El presidente se olvidó o no quiso reconocer el valor y la entrega de esta maravillosa mujer", dijo el artista Jesús Soto, fallecido en 2005. Soto fue uno de los destacados creadores venezolanos como Alejandro Otero y Carlos Cruz Diez cuya obra ayudó a promover el museo. "Sofía Imber llevó el arte contemporáneo a los más apartados rincones del país", agregó.
Como directora Imber creó un programa por el cual pinturas y esculturas del museo viajaban con expertos a barrios y escuelas de los lugares más apartados del país. También ideó programas que permitían a los ciegos hacerse una idea de sus piezas con folletos escritos en braille. En 1967 se convirtió en la primera latinoamericana en recibir la Medalla Picasso que otorga la UNESCO.
También recibió reconocimientos de Brasil, Francia, Chile, Colombia, Italia, México y España por sus contribuciones al arte latinoamericano. Mientras que instituciones como el Centro George Pompidou de París tomaban con frecuencia a préstamo piezas del museo y muchos otros lo incluían como una parada obligada de sus muestras itinerantes por el continente.
"Quiero ser recordada como la mujer trabajadora, incansable y fundadora de este museo", dijo en una conferencia de prensa tras su despido.
nrv