El museo Guggenheim de Nueva York rinde homenaje en una nueva exposición a los coleccionistas que le dieron su identidad, una ocasión de recordar la contribución de los inmigrantes al arte estadounidense frente al proteccionismo del gobierno Trump.
La exposición "Visionarios: Creando un Guggenheim Moderno", que abrió el viernes, recuerda al fundador del museo, Solomon R. Guggenheim, uno de los mayores coleccionistas del siglo XX, pero también a otros cinco grandes amantes del arte cuyas obras insuflaron vida al museo.
Entre ellos la nieta del fundador, Peggy Guggenheim, que como el marchand de arte Justin K. Thannhauser huyó del nazimo para instalarse en Estados Unidos.
Dos otros coleccionistas celebrados en la exposición, Karl Nierendorf y Hilla Rebay, eran inmigrantes alemanes. Estos coleccionistas reunieron muchas obras de artistas europeos, recordó Philip Rylands, director de la colección Peggy Guggenheim basada en Venecia y de la cual 23 piezas hicieron el viaje para esta exposición.
El director del museo, Richard Armstrong, no dudó en trazar un paralelo entre el periodo de la Segunda Guerra Mundial y la época actual.
"No es un secreto que en estos tiempos principios fundamentales como la tolerancia y el pensamiento crítico están siendo desafiados", dijo en la presentación de la exposición. Una referencia directa a la política anti-migratoria del nuevo gobierno de Donald Trump.
Algunos de los artistas expuestos debieron enfrentar "desafíos similares", recordó. Hay que recordar que en su época, "encontraron un refugio, un hogar y la libertad en Estados Unidos".
Desde la elección de Trump a la presidencia, el 8 de noviembre, y más aún después de su investidura, el mundo artístico expresó su malestar de diferentes formas: a través de la moda, la música, el video o la fotografía.
Desde comienzos de febrero, otro museo de Nueva York, el Museo de Arte Moderno (MoMA), eligió exponer obras de artistas originarios de varios países musulmanes que son blanco del decreto migratorio de Trump, actualmente suspendido por la justicia estadounidense.
Desde los años 30, bastante antes de la apertura de su museo, Solomon R. Guggenheim abrió al público su colección, y los artistas europeos influenciaron a una generación de artistas estadounidenses. Debido a la guerra y el nazismo, varios de estos artistas europeos emigraron luego a Estados Unidos.
En Nueva York, en los años 40, nació "un medio cultural entusiasta donde los artistas europeos y estadounidenses se cruzaban", explicó a la AFP Megan Fontanella, curadora de la exposición. "Fue un periodo fértil" en el plano artístico, que vio sobre todo la emergencia del pintor estadounidense Jackson Pollock, subrayó.
La exposición, abierta hasta el 6 de setiembre, festeja a un amplio abanico de pintores y escultores de fines del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, de Pablo Picasso a Piet Mondrian pasando por Edouard Manet, Vassily Kandinsky y Amedeo Modigliani. Hay en total 160 piezas de 70 artistas, incluidos estadounidenses como John Ferren, Irene Rice Pereira o Claire Falkenstein. La obra más antigua es una pintura de Camille Pissarro de 1867. La más reciente, una tela de Jackson Pollock, pintada en 1947.
Para la curadora, el museo Guggenheim, que fue creado en 1939 pero recién se instaló en su actual edificio en 1959, se benefició directamente de este soplo de aire fresco llegado del extranjero. "Tantos artistas como figuras de la cultura hallaron un refugio aquí", dijo, "y contribuyeron al final a darle forma a nuestra institución".
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