La Tate Modern de Londres presentó hoy la exposición Robert Rauschenberg, la primera retrospectiva en los últimos 20 años del artista estadounidense fallecido en 2008, a los 82 años, que pretende acercar al "gran público" su "influencia" artística.
Se trata, además, de la primera muestra en el Reino Unido del autor multidisciplinar desde el año 1991 algo que, según explicó su comisario adjunto, Fiontán Moran, "es importante porque pese a la influencia de Rauschenberg en el mundo del arte, entre el gran público es aún bastante desconocido".
Tras su paso por la capital británica, desde el próximo 1 de diciembre y hasta el 2 de abril de 2017, la recopilación se trasladará al Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York -con el que la Tate Modern ha colaborado para hacer realidad esta retrospectiva- y posteriormente viajará a San Francisco.
Bajo el punto de vista de Moran, lo más interesante de la exposición radica en el "punto de conexión" que el trabajo de Rauschenberg supone "entre el expresionismo abstracto y el Pop-Art".
"Buscaba constantemente formas diferentes de entender y de hacer arte", apuntó el experto, lo que puede apreciarse en la disparidad de estilos que se observan en las 120 obras expuestas.
Pintura, escultura, fotografía, tecnología o escenografía, Rauschenberg trabajó con todas las disciplinas pues, tal y como manifestó Moran, "siempre buscó hacer cosas nuevas y cuando creía que ya se había acostumbrado a una técnica rápidamente cambiaba".
En su opinión, ello le convirtió en un artista "muy valiente" porque "no es fácil cambiar radicalmente cuando lo que estas haciendo hasta el momento está teniendo mucho éxito".
Cada una de las once salas que integran el espacio que la Tate Modern -el museo de arte contemporáneo más visitado del mundo- dedicará los próximos cuatro meses a Rauschenbeg, refleja de manera cronológica los diferentes estilos y técnicas que empleó durante sus seis décadas de carrera.
La trayectoria artística de Rauschenbeg, nacido en Texas en 1925, comenzó a principios de los años 40, momento en el que se dedicó a la experimentación, como muestran las obras expuestas en la primera de las salas.
Más adelante, en la década de 1950, hizo sus primeras colaboraciones de la mano de artistas como John Cage, Merce Cunninhham, Jasper Johns, David Tudor, Cy Twombly o Suran Weil.
Fue en esta época cuando Rauschenberg comenzó a producir sus "Combines" -sus trabajos más conocidos y que componen la tercera de las salas- donde integraba pintura y collages de fotografías con objetos de todos tipo procedentes de la sociedad de consumo.
En "Retroactive II" (1964), uno de sus cuadros más icónicos y, de hecho, es la imagen de la exposición, Rauschenberg trata de reflejar el optimismo pero también la tragedia de los años 60, a través de una combinación de imágenes como la del hombre llegando a la luna y una fotografía de John Fitzgerald Kennedy (asesinado un año antes).
Pese al éxito de estas composiciones, el artista quiso cambiar radicalmente de técnica empujado por sus "ansias de innovar" y su negativa a "recorrer sus propios pasos", tal y como subrayó el comisario de la exposición, Achim Borchardt-Hume.
Así, bajo la influencia de Andy Warhol -coetáneo y amigo personal del pintor- se inició en la serigrafía, que le permitía incorporar imágenes fotográficas impresas sobre paneles de seda a unos lienzos que completaba con pintura al óleo.
El primer artista estadounidense en ganar el León de Oro en la Bienal de Venecia en el año 1964, no tuvo miedo del auge de la tecnología, sino que, según afirmó Borchardt, "la vio como una aventura del mundo moderno" y quiso "incorporarla a su obra".
Como ya hiciera en sus primeras creaciones, donde integraba objetos cotidianos como ruedas, ventiladores, lámparas, zapatos o guantes, Rauschenberg hizo uso de la tecnología para seguir creando y "llegar más lejos".
"Introdujo la impresión de fotografías digitales, algo que a día de hoy resulta muy común pero que en la época era algo completamente novedoso", argumentó Moran.
Una retrospectiva exhaustiva que realmente "refleja lo que fue su carrera completa" y que "no es solo una exposición sobre arte del siglo XX, sino también de cómo el arte se relaciona con el mundo en el que vivimos", concluyó Moran.
nrv