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Francisco de Goya, único y eterno es la exposición que desde ayer exhibe el Museo Nacional de San Carlos.
Es una muestra integrada por 125 obras de las cuales 10 son pinturas del artista español (1746-1828) considerado uno de los más influyentes de la modernidad. Se trata de las obras Estudiantes de la Academia Pestalozzi, el boceto de El pelele y retratos como El general José de Palafox, Doña María Teresa de Vallabriga y Retrato de una niña. Figura también su óleo Locadia Zorrilla, que es una obra maestra del retrato, como destacó en la presentación de la exposición Magdalena Zavala, coordinadora de Artes Visuales del INBA; la pieza proviene del Museo Nacional del Prado.
La exposición incluye también tres de sus grandes series de grabados: Los disparates, conformada por 18 piezas; Tauromaquia, con siete grabados, y Los caprichos, con 80 piezas. Hay además trabajos de talentosos contemporáneos del artista español.
Es una muestra que no solo deja ver las diversas técnicas que dominó Goya sino la variedad de temas que tuvo su obra: la corte, la vida cotidiana, la guerra, la sátira a las costumbres de su tiempo y el cuerpo femenino.
La muestra contiene obras de museos y colecciones nacionales e internacionales, como los museos Nacional del Prado, Hammer, Meadows, Soumaya, Franz Mayer y de la Basílica de Guadalupe, así como de las colecciones de la Fundación Zuloaga, Pérez Simón y Jorge Ramos, y del propio Museo San Carlos que tiene la serie de Los Caprichos, que es la cuarta de las doce series que se imprimieron originalmente y que llegó desde la corte española; esta carpeta formaba parte de los acervos de la Academia de San Carlos.
En la muestra también hay piezas de autores relacionados con su obra, algunos de los cuales fueron sus contemporáneos o artistas que desarrollaron en la misma época su obra en la Nueva España. Es el caso de los retratos de Carlos III y Carlos IV, de Mariano Salvador Maella; La familia de Carlos IV, de Eugenio Lucas Villamil; La marquesa de San Andrés, de Agustín Esteve; el Retrato de Goya, de autor desconocido y la pintura anónima, Juicio de la Santa Inquisición.
Para Carmen Gaytán, directora del Museo Nacional de San Carlos, Francisco de Goya fue “un ser único e irrepetible y que pudo traducir el mundo, tanto el de la aristocracia y la riqueza, como el mundo de la calle, de la guerra, del dolor, el mundo tétrico y espantoso y ese lado oscuro que también todos tenemos”.
El curador Miguel Ángel Torres explicó que los núcleos de la exposición son los retratos que realizó en las cortes de España, la crítica al clero, los temas sociales y los grabados.
“Goya invento parámetros estéticos en los siglos XVIII y XIX que se retomaron a lo largo del siglo XX. Innovó técnicas y eso se puede ver a lo largo de la exposición”, destacó el curador.
La muestra estará abierta al público hasta el 20 de marzo de 2017 en el Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado No. 50, colonia Tabacalera.