Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
“Vamos a dar apoyo a los pequeños agricultores por sequía en Sonora”; Claudia Sheinbaum instruye a Berdegué
Derrota de México en disputa por maíz transgénico contra EU; estos son los argumentos de Sheinbaum y AMLO para prohibirlo
El Museo Guggenheim de Bilbao (norte de España) expone 70 obras de artistas clave de la historia del arte de la primera mitad del siglo XX como Picasso, Braque, Gris, Léger, Klee o Kandinsky "en diálogo" con obras de artistas contemporáneos desde la segunda mitad del siglo hasta la actualidad.
La muestra, que viaja por primera vez a España, forma parte de la colección de Hermann y Magrit Rupf, un matrimonio de origen suizo que trató personalmente con los citados artistas en los comienzos de sus carreras, cuando adquirió muchas de sus obras y recibió otras como regalos de cumpleaños o Navidad.
Desde mañana y hasta el 23 de abril de 2017 se podrá visitar la exposición, en la que se aprecian cuadros pintados entre 1907 y 2016, según explicó hoy en rueda de prensa el director del Museo, Juan Ignacio Vidarte, y las comisarias de la muestra, Susanne Friedli, de la Fundación Hermann y Margrit Rupf, y Petra Joos, del Guggenheim Bilbao.
La citada fundación, creada en 1954, garantizó la conservación de la colección así como su expansión a través de la compra del arte contemporáneo más reciente, pero sin dejar de ocuparse del núcleo de la colección de arte reunida a lo largo de la vida de los Rupf.
Por ello, la muestra incluye también obras de artistas estadounidenses como Donald Judd, Joseph Kosuth, Brice Marden, Ad Reinhard y James Turrel, y europeos como Piero Manzoni, Enrico Castellani, Lucio Fontana y Christian Megert, entre otros.
La Fundación también ha conseguido reunir un grupo de obras de representantes del Minimalismo y del Movimiento ZERO.
Joos destacó la importancia de la colección de los Rupf y señaló que a principios del siglo XX, cuando comenzaron sus adquisiciones, Suiza era un país "muy conservador" y, en ese contexto, Hermann Rupf se descubrió como una persona "con un gusto exquisito y totalmente revolucionario en aquel momento".
"Estaba muy comprometido con el arte contemporáneo, que era opuesto al gusto imperante en aquel momento", resaltó, a la vez que recordó que no era un millonario, sino una persona "muy interesada por la cultura" que se ganaba la vida con una mercería en la que también se vendían accesorios de moda.
También fue uno de los primeros militantes del partido socialista suizo y mecenas de numerosos artistas, científicos y músicos de la ciudad de Berna.
La comisaria de la Fundación, Sussane Friedli, por su parte, destacó el papel "fundamental" que desempeñó en la formación de la colección el marchante de arte parisino y amigo personal de los Rupf, Daniel-Henry Kahnweiler.
Hermann Rupf viajaba por trabajo a París para ampliar el surtido de su mercería y aprovechaba para reunirse con Kahnweiler en su galería y acompañarle a visitar a los artistas.
Así se puso en contacto con Picasso, Braque y artistas del fauvismo como Othon Friesz o André Derain, de los que empezó a comprar obras ya en 1907, como la "Cabeza de Hombre", del pintor malagueño, o "Casas de L'Estaque", de Braque.
Friedli mencionó, de forma especial, una composición incluida en la muestra e ideada en 2010 por Florian Slotawa. Se trata de cuatro esculturas de la colección colocadas sobre un pedestal configurado con muebles que originalmente formaron parte del hogar de la pareja de coleccionistas.
Los Rupf cedieron en 1954 sus obras a través de su fundación, al Kunstmuseum de Berna, donde quedó depositada una parte de forma permanente tras la muerte de la pareja a comienzos de la década de los sesenta.
nrv