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El brasileño Sebastião Salgado, uno de los fotógrafos más premiados y reconocidos del mundo, considera que la fotografía está en proceso de extinción y que al arte del que es uno de los mayores exponentes le quedan entre 20 y 30 años de vida.
Para este artista de 72 años, que en cuatro décadas de trabajo se ha destacado por retratar a las poblaciones más excluidas y las bellezas más recónditas de los cinco continentes, la fotografía será sustituida en el futuro por la "imagen", un lenguaje al que no le interesa la calidad, el arte ni la memoria.
"La fotografía está acabando porque lo que usted ve en Instagram o en el teléfono móvil no es fotografía. Fotografía es un objeto materializado que usted imprime, usted tiene, usted mira", aseguró Salgado en un diálogo con un pequeño grupo de periodistas durante un homenaje que le fue rendido en Río de Janeiro como reconocimiento por promover la cultura brasileña en el exterior.
"La fotografía es lo que tus padres hicieron cuando eras un niño: revelaron un filme que te hicieron en la esquina; hicieron un álbum y tu fuiste guardando esas fotos. La fotografía es algo intrínseco, que tu tocas. Hoy lo que existe es imagen. La imagen no es fotografía. Cambiamos el concepto de fotografía. Pasamos para otra cosa. Y estamos en un proceso de eliminación de la fotografía", agregó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1998.
"No creo que la fotografía viva más de 20 o 30 años. Vamos a pasar para otra cosa. Fotografía era una memoria, una referencia. Hoy la imagen es un lenguaje. Instagram es otra cosa. Lo que yo hago no es eso. Lo que yo hago es fotografía. Eso es imagen, que es otro concepto", afirmó.
En su opinión, las fotos que todo el mundo cuelga en Instagram son generalmente hechas con teléfonos y, aunque algunas veces aparecen fotos interesantes, para esto es necesario tener una buena cámara, una lente adaptada, saber controlar la luz y no permitir que todo el proceso de captura sea realizado de forma automática.
"No me gusta el Instagram. Sé que a los jóvenes les gustan, pero yo no consigo. Tengo la impresión de que me estoy quitando los pantalones y colocando las nalgas en la ventana. Colocando toda mi vida en algo que todo el mundo ve", afirmó al ser interrogado sobre la calidad de las fotos publicadas en redes sociales.
"No uso Instagram, no uso nada. Sé que hay una cosas en mi nombre por ahí, pero nada es mío. No sé ni prender el computador. Esa es la verdad. Ya tengo 72 años. Eso en mi generación es muy complicado", agregó poco antes de ser homenajeado con el premio Personalidad del año por la Casa Francia-Brasil.
Admitió que trabaja con modernas cámaras digitales pero que nunca ha trabajado con programas para editar imágenes digitales como Photoshop porque no sabe editar en computador y porque le gusta trabajar como antiguamente.
El brasileño relató que sus asistentes hacen una plancha de contacto con sus fotografías en las que selecciona y edita con una lupa, y que, tras concluir el proceso, produce un negativo a partir del archivo digital.
"En la realidad yo solo cambié un soporte plástico, que era el negativo, por un soporte digital, pero el resultado matemáticamente es el mismo. Soy muy feliz con el proceso electrónico porque las cámaras son muy modernas. Tengo una calidad que nunca tuve. Usted puede realmente trabajar la imagen de forma fantástica", admitió.
Aseguró que la calidad de la imagen es hoy mil veces mejor y que la tecnología reduce el trabajo que tenían los fotógrafos para hacer muchas copias de forma lenta.
"Me adapté un poco, así como un dinosaurio se fue adaptando antes de morir, hace 100 mil años, antes de desaparecer. Es eso lo que estoy haciendo", dijo.
Tras la exposición mundial de sus trabajos Perfume de sueño (2015), sobre la producción de café en diversos países, y Génesis (2013), con imágenes de formas de vida que permanecen preservadas en todo el mundo, Salgado trabaja en un proyecto del que dice ser su mayor sueño: las comunidades indígenas de la Amazonía.
Salgado, que inició este proyecto hace tres años y calcula que pude demorar otros tres años, afirmó que su objetivo es presentar el trabajo en universidades y escuelas de todo Brasil para que las nuevas generaciones que van a llegar al poder tengan otra autoestima de su propio origen y aprendan a respetar a los indios.
"Se trata de algo muy rico, porque son comunidades de gran sofisticación, de gran belleza, de gran cultura, que tienen una música fabulosa, conocimiento de la medicina... Algo riquísimo que los brasileños no conocen. Vengo trabajando para ver si consigo mostrar eso con la fotografía pero quiero aliarme con un buen antropólogo para tener buenos textos, buenas informaciones. Ese es el trabajo en el que estoy. Después de eso no sé", afirmó al rechazar una pronta jubilación.
nrv