Paul Nash (1889-1946) fue uno de los primeros creadores surrealistas ingleses de principios del siglo XX, pero comenzó como pintor simbolista, destacó como paisajista y también se dedicó a la fotografía naturalista, una trayectoria a la que la Tate Britain de Londres dedica ahora una amplia exposición.
Nueve salas distribuidas por el museo muestran el trabajo del autor, que encontró la inspiración en los paisajes del Reino Unido y Europa y en el surrealismo de la época.
La exhibición, que se inaugura oficialmente el miércoles y que estará abierta hasta marzo de 2017, desvela "la fuerza y el misterio" de los árboles en algunas de sus obras, como en "The Three in the Night", y continúa con cuadros como "We are making a new world", que muestra paisajes destruidos durante la Primera Guerra Mundial.
"Nash se convirtió en artista oficial de guerra en 1917 y consiguió expresar la pérdida de la vida a través de la violencia de la naturaleza", explicó hoy la comisaria de la exposición, Emma Chambers, durante un recorrido con los medios de comunicación.
Pero la guerra se reflejó también en trabajos posteriores, como "The Shore" (1923), donde evocaba la belleza de la costa de Kent, que le sirvieron de terapia para recuperarse de los horrores del conflicto.
Según la experta en arte, esta selección refleja sus ideas más surrealistas a la hora de interpretar los paisajes británicos y la capacidad que tuvo de establecer con sus pinceladas una conexión vanguardista.
Por primera vez se exhiben obras nunca antes expuestas, como "Circle of the Monoliths", de 1936 y, la más famosa "Totes Meer" que, como explicó la asistente de la comisaria, Inga Fraser, parece representar olas de mar que son en realidad restos de aeronaves de la Segunda Guerra Mundial.
Las dos guerras mundiales y sus consecuencias fueron uno de los temas recurrentes del artista, que pintó paisajes devastados por los conflictos bélicos, descritos por el artista como la "pesadilla más espantosa" del país.
Posteriormente, Paul Nash se dedicó a los paisajes, centrándose en lugares especiales con una significación personal, como Dymchurch, en la costa sur de Inglaterra
La fotografía también fue una parte fundamental dentro de la carrera del artista durante la década de 1930, con imágenes de objetos naturales en un estilo similar al Eileen Agar, artista británica unida al movimiento surrealista, explicó Fraser.
Hacia el final de su vida, Paul Nash encontró la inspiración en el territorio de Oxfordshire, dando lugar a una serie de paisajes con diferentes temáticas como las estaciones, las fases de la luna o el equinoccio. "Nash es el pintor de paisajes más evocador de su generación", sentenció la experta.
A menudo aparecen en sus cuadros objetos inanimados, como monolitos, los árboles, las piedras y los huesos, detalló Chambers durante la explicación.
Además la exposición se centra en el papel que el artista tuvo en el desarrollo del modernismo en el Reino Unido, por ser miembro fundador del primer grupo británico de esta tendencia junto a pintores, escultores o arquitectos como Herny Moore o Barbara Hepworth.
Fue capaz de mezclar la tradición de los paisajes ingleses con los movimientos de vanguardia europeos, aunque siempre con una fuerte influencia del surrealismo de la época, en especial, del italiano Giorgio de Chirico.
"Paul Nash se dirigió durante toda su carrera hacia inspiraciones surrealistas, para lograr una reinterpretación de los paisajes clásicos británicos y lograr una conexión entre la modernidad y la tradición", concluyó la comisaria.
nrv