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ssierra@eluniversal.com.mx
Aún no se acaba de levantar el “reguero” en torno del manejo de las cenizas del arquitecto Luis Barragán. Y no termina a pesar de que ahora, a punta de leyes y reglamentos se intenta corregir lo que no se calculó a tiempo, lo que algunos no vieron, lo que otras autoridades dejaron pasar. Precisamente, uno de los problemas legales está en el manejo de las cenizas puesto que no hay claridad sobre el tema ni siquiera en la Ley General de Salud.
Por lo pronto, esta semana habrá nuevos hechos que se suman a la cronología iniciada, al menos ante instancias oficiales, el 22 de abril de 2015 cuando Hugo Barragán Hermosillo, sobrino del arquitecto Luis Barragán, solicitó, mediante una carta dirigida a Ramiro Hernández, ex presidente Municipal de Guadalajara, permiso para “exhumar momentáneamente las cenizas de nuestro antepasado”, el arquitecto Barragán, que se encuentran en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres desde 2002.
Uno de los nuevos hechos será la apertura, el viernes nueve de septiembre, de la exposición The Proposal (La Propuesta), de la estadounidense Jill Magid, en el Instituto de Arte de San Francisco. Esta institución es la que encargó todo el proyecto a partir del cual Magid consiguió que se retiraran y sacaran del país 525 gramos de las cenizas de Barragán de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, con el fin de transformarlos supuestamente en un diamante de dos quilates que luego se incrustó en un anillo con el cual Magid buscó un intercambio con la dueña del archivo de Luis Barragán, la multimillonaria Federica Zanco, experta en arquitectura y esposa de Rolf Fehlbaum, presidente de Vitra.
La exposición incluirá piezas como el anillo, todos los documentos del proceso del intento de intercambio y un video como el que acaba de exhibirse, hasta el pasado sábado, en la galería mexicana Labor, dentro de la muestra Ex-Voto . El video, por lo menos el que se vio en Labor, registra el proceso de cómo se abrió el nicho, cómo se retiraron luego los 525 gramos de cenizas de la urna y cómo, a cambio, se dejó con las cenizas restantes un caballito de plata hecho por Magid.
Paralelo a la exposición, en la institución de San Francisco se presentará un libro sobre el proceso de la obra el 14 de septiembre, que contiene textos de varios autores, entre otros la artista, el curador de la muestra, Hesse McGraw (vicepresidente de Programas de Exhibición y Arte Público en el San Francisco Art Institute) y de Cuauhtémoc Medina, crítico de arte y curador en jefe del MUAC, Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
Medina recientemente publicó un texto donde elogia a la familia Barragán y las autoridades de Jalisco por haber acompañado a Jill Magid “en hacer posible una obra tan radical como La propuesta”. Cuestionó voces como la del escritor Juan Villoro, quien en su momento criticó el proyecto de Magid.
La de Medina no ha sido la última palabra. Los hechos, la propuesta de Magid, han sido criticados por otros escritores, críticos, artistas y arquitectos. El curador y director artístico de la feria de arte Zona Maco, Daniel Garza Usabiaga definió en una entrevista La propuesta de Magid como un cuento de hadas y afirmó que es un error pensar que “la esfera del arte deba considerarse libre de implicaciones éticas”.
Las normas y reglamentos. Esta semana también habrá anuncios en lo que se refiere a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. Se planea que mañana martes, que hay sesión en el Congreso del estado de Jalisco, la Comisión de Cultura, que preside la diputada por el Movimiento Ciudadano Kehila Abigail Kú Escalante, presente un exhorto con el fin de que haya un reglamento de operación para la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
En entrevista telefónica, Kú Escalante explica: “Será una petición vía exhorto desde el Congreso para que el municipio de Guadalajara cuente con un reglamento exclusivo para la Rotonda porque todavía quedan nichos donde se podrían llevar restos, y en caso de que hubiera otros personajes que se declararan como beneméritos. A diferencia de otros panteones, la Rotonda tendría un reglamento exclusivo a fin de involucrar en la toma de decisiones a la Comisión que la ley marque que debe hacerlo, una Comisión que, una vez que se declarara a un personaje, entre en funciones para ver cuál sería el homenaje, la escultura y demás. Así, cuando llegue una petición (como la del caso de Barragán), se deberá involucrar a esta Comisión y será una decisión en conjunto. No es tampoco irnos a los extremos de ser coercitivos, de decir ‘ah, es que como son beneméritos, los restos ya son patrimonio del Estado’. No, es una cuestión también de respeto a la familia”.
En cambio, la diputada priísta Rocío Corona sí plantea una propuesta encaminada a que los familiares de un personaje no puedan disponer de sus restos una vez que aquel haya habido la declaratoria de Benemérito, y se depositen los restos en la Rotonda (o se autorice colocación de esculturas allí puesto que no siempre están los restos en la Rotonda pero sí las esculturas y placas; esto, por ejemplo, es algo pasará en los casos de María Izquierdo y Consuelo Velázquez).
“Lo que pasó con los restos de Luis Barragán es un precedente que no queremos que se vuelva a repetir. Por eso hemos propuesto que en el procedimiento para declarar beneméritos de Jalisco, una vez que los familiares hayan autorizado el traslado de sus restos a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, su consentimiento sea irrevocable y además que pasen a formar parte del patrimonio cultural histórico del estado para evitar este tipo de situaciones”, sostiene la legisladora Corona.
¿A quién pertenecen las cenizas? El Reglamento de la Ley General de Salud no refiere qué procede en el caso del manejo de cenizas o restos de una incineración cadavérica. Desde ahí mismo queda un vacío en cuanto al manejo de este tipo de materiales.
Eso, en parte, abrió la puerta para que en Jalisco tantas instancias intervinieran en autorizar la apertura del nicho de Barragán —Secretaría de Cultura, Ayuntamiento, Congreso del Estado, Dirección de Cementerios— y a que, finalmente, ninguna asumiera la responsabilidad de la autorización para que se abriera la urna y se permitiera que se retiraran de ésta los 525 gramos de cenizas.
No hay en el reglamento de dicha ley nada acerca de en qué casos se puede o no retirar las cenizas. En todo caso, sí hay en el país autorizaciones para retirarlas en su totalidad o de forma parcial; eso es parte de los servicios de exhumación que se ofrecen en los nichos de algunas casas funerarias; un proceso que cuesta menos de $400 pesos.
Hubo en este caso autorización de algunos miembros de la familia (no de todos, si se toma en cuenta lo que otros parientes del arquitecto apuntaron en sus páginas de Facebook, como Emma Barragán, quien cuestionó la acción de Hugo Barragán).
Las autoridades han querido deslindarse, sin embargo, en el caso de la secretaria de Cultura del Estado, Myriam Vachez, ella de origen avaló el hecho con su presencia en el panteón cuando el 23 de septiembre de 2015 se abrió la urna con las cenizas de Barragán y porque además, como ha dicho en entrevistas, la idea de Gill Magid le resultó “poética”. Con información de Raúl Torres/ Corresponsal en Guadalajara