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abida.ventura@eluniversal.com.mx
En la primera sala de la galería Arróniz Arte Contemporáneo hay un ventilador unido a la cinta de un cassete. Cuando el aparato se enciende, el ruido de las aspas se mezclan con el aria la “Dolente immagine” de Bellini. Durante tres minutos y medio aquel ventilador cobra vida.
Detrás de aquella pieza hay un “Geppetto”, uno que desde niño tuvo la curiosidad de desarmar y volver a armar cualquier artefacto tecnológico. “Trabajo con aparatos porque lo único que sé hacer es desbaratar cosas. Si soy bueno para algo, es para desbaratarlas”, dice Ícaro Zorbar, artista colombiano cuya obra se caracteriza por intervenir y trabajar con aparatos tecnológicos, ya sea analógicos o digitales.
Una muestra de su trabajo se presenta en la exposición Nocturne, interior-noche, que la galería ubicada en la Plaza Río de Janeiro número 53 inaugurará hoy a las 18 horas, como parte del Gallery Weekend México. Junto a la pieza del ventilador, el artista presenta por primera vez en el país otras cinco obras, entre instalaciones, proyecciones y escultura-objeto.
Originario de Bogotá, el artista dice que lo más fascinante de conocer las entrañas de un aparato y manipularlo es el vínculo que se crea entre el ser humano y la máquina. “Un día estaba escuchando a los Sex Pistols y la cinta empezó a enredarse; pensé que era fantástico porque era como si el equipo estuviera vomitando la cinta. La idea de sentir la cinta en mis manos, cuando el cassete se enredaba en el equipo, como que volvía a la máquina viva”.
Cada uno de esos equipos, dice, tienen una especie de ánima. “Siento que cuando uno mete mano a un aparato, hay una calidez... Pero más que un ser vivo, un aparato es el recuerdo de lo que fuimos y es el intento de nosotros por perdurar”, añade. Algunas de sus piezas, como la del ventilador, son “instalaciones atendidas” porque necesitan de cuerda manual para funcionar, sin embargo, a Ícaro Zorbar no le gusta que lo describan como un artista que le da vida a los aparatos. “Me parece arrogante, me parece más que juego a ser un Geppetto frustado porque siempre hay una frustación y una tensión constante al pensar en si esto va a funcionar o no”, dice.
Sus obras se podrán ver en la galería hasta el 2 de noviembre.