Con imágenes inéditas que reflejan una gran nostalgia, el Instituto de México presenta en la capital española la exposición Frida Kahlo, fotografías de Leo Matiz en La casa Azul, con tomas en las que el colombiano captó la intensidad creativa y personal de una artista convertida en emblema de México.
La comisaría de la exposición, Angustias Freijo Mouliaa, comentó que la muestra constituye un recuento de fotos de Leo Matiz, organizada con la fundación que lleva su nombre, que enseña no solo lo que es Frida sino gran parte de su entorno.
“Aquí podemos ver las fotos que Leo Matiz ya en el año 97 (1997) toma de 'La casa azul' siendo ya ésta un museo y lo que enseñan estas fotos es una gran nostalgia”, dijo.
Rememoró que a mediados del siglo pasado, Matiz había fotografiado a Frida y a sus amigos los muralistas en diferentes situaciones en “La casa azul”.
“La casa azul fue para Leo Matiz el encuentro con Diego, aunque también él estudió de Diego y fue el encuentro sobre todo con Frida”, explicó.
Apuntó que la exposición incluye fotos posadas por Frida, muy cercanas, tanto en La casa Azul como en Xochimilco, tumbada en la hierba, en diferentes situaciones.
Frida Kahlo fue retratada tanto o más que una estrella de cine. Vivió con el espíritu de la revolución, se vistió de soldadera y rompió los moldes de cómo debía ser una señorita.
Hija del fotógrafo Guillermo Kahlo, aprendió de él a mirar y a expresar pensamientos a través de imágenes. Casada a los 22 años con el muralista Diego Rivera, formaban una pareja internacional y moderna, de vida social intensa.
Freijo Mouliaa apuntó que de alguna manera, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros son tres figuras fundamentales, omnipresentes y omnipotentes en el momento en el que Leo Matiz llega a México, el mismo día en el que asesinan a León Trotsky, el 21 de agosto de 1940.
“Es Frida la parte humana, dulce, o la parte menos protagonista pero sin embargo que con el tiempo ha ido cobrando más relevancia, y se establece una amistad entrañable que se puede ver a través de las fotos”, manifestó la comisaría de la exposición que reúne unas 50 imágenes.
Añadió que con Siqueiros sucedió una ruptura a tal punto que se cree que los seguidores incendiaron el estudio de Leo Matiz y que lo motivaron a abandonar México para no regresar hasta 1997, cuando regresa a tomar las fotografías de cuando “La casa Azul” ya es museo.
Destacó la nostalgia que las fotografías reflejan, “porque de alguna manera, él ya mayor, llega a un museo que era la casa de sus amigos, donde ahí bebían tequila, se reían, donde fotografiaba a Frida, donde discutían y entonces el tema político tenía una importancia fundamental”.
Sobre Leo Matiz, la galerista subrayó que fue un fotógrafo fundamental y que en Colombia es considerado como uno de los grandes.
Existen fotografías de Matiz en el acervo del prestigiado Museo de Arte Moderno de Nuvea York, conocido popularmente como MOMA.
Matiz nació en Aracataca, el “Macondo” de Gabriel García Márquez, 10 años antes de que naciera el escritor colombiano, y cuando llega a México es diez años antes de que lo hiciera el Premio Nobel de Literatura. “Una casualidad con su paisano”, destacó Freijo Mouliaa.
Abierta hasta el 11 de noviembre, la exposición que acoge el Instituto de México en España tiene en la capital española la tercera itinerancia, luego de que la produjo La Térmica de Málaga, donde estuvo del 11 de marzo al 29 de mayo pasado. Posteriormente, estuvo en la Sala Las Francesas, de Valladolid.
La comisaria anotó que esta es una de las itinerancias más bonitas, “porque aunque está en Madrid, de alguna manera está en territorio mexicano y eso le da a la exposición un halo estupendo”.
“Estamos contentos de que se vea en Madrid esta exposición, es la primera vez en la capital y hay piezas inéditas que no se habían visto nunca”, enfatizó.
nrv