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Un total de 40 esculturas instaladas en lugares simbólicos de la Ciudad Eterna, Roma, como los Mercados Trajanos, el Coliseo o el Arco de Constantino, forman parte de la exposición Lapidarium del artista mexicano Gustavo Aceves, inaugurada hoy oficialmente.
Se trata de una exhibición monumental de escultura contemporánea, un “work in progress” que se irá enriqueciendo en las sucesivas ciudades por las que irá pasando, como Venecia, Atenas, París y Estambul, hasta llegar en 2018 a la Ciudad de México, donde incluirá 100 obras.
Lapidarium está compuesta por 40 esculturas individuales, de entre tres y ocho metros de altura y, en alguno casos, de hasta 12 metros.
Fue presentada en antepremier en 2014 en Pïetrasanta (la ciudad italiana famosa por su tradición escultórica) y el año pasado fue expuesta en la Puerta de Brandeburgo de Berlín.
En entrevista, Aceves explicó que el intento de la exposición es el de dar una respuesta dinámica y fuerte a una de las cuestiones más apremiantes y debatidas de nuestros tiempos: la emergencia migratoria.
El artista alcanza ese objetivo al dar forma al pensamiento de que se trata de una crisis de raíces profundamente incrustadas en la historia, desde el momento en que cada escultura de Lapidarium representa un momento de una particular diáspora de la antigüedad.
“El proyecto nació con un viaje a la África negra. La imagen de una barca llena de mujeres, hombres, niños atiborrados y embarcados para emigrar detonó todo esto: el buscar a través de la escultura lo errante del ser humano, el volver a tocar la memoria de que gracias al atrevimiento de haber dejado el lugar propio el hombre se fue expandiendo por todo el planeta”, dijo.
Explicó que cada ciudad donde se presenta “Lapidarium” tiene una particularidad que la hace distinta de las otras.
“La primera estación de Lapidarium fue el año pasado en Berlín y la colocación de las piezas y la museografía o la lectura que hice del lugar para esa muestra no tiene nada que ver con la de Roma”, señaló.
Dijo que para la capital italiana aumentó algunas esculturas que tenían que ver con el espacio expositivo, como los Mercados Trajanos, el imponente sitio arqueológico de casi dos mil años de antigüedad en el que se concentra la mayor parte de las esculturas, que tienen en el caballo el elemento simbólico central.
Frente al Coliseo, en cambio, se ubica la más grande obra de la muestra, ya expuesta en la Puerta de Brandeburgo berlinesa, mientras ante el Arco de Costantino (inaugurado en el año 325 de nuestra era para conmemorar la victoria Costantino I contra Massenzio en la batalla de Puente Milvio) se terminó apenas de instalar otra estatua más.
Uno de los objetivos de Lapidarium es el de llamar la atención sobre el problema de sufrimiento de los pueblos y respecto al drama de miles de personas en movimiento constante por necesidades de supervivencia.
Al hace ello, Aceves invita al público a recordar la difícil historia de Occidente y a reconocer que parte de su bienestar y de su nivel de civilidad derivan de la explotación de otros pueblos.
Las esculturas fueron creadas durante los últimos seis años en Pietrasanta, en particular en sus famosas funderías de bronce y laboratorios de mármol.
“Yo soy pintor y para hacer este proyecto, que quería realizar en escultura, tenía que apoyarme en toda la tradición escultórica que tiene Pietrasanta. Yo dejé mi casa en París, donde radico desde hace muchos años, para venir a vivir a Italia, precisamente a Pietrasanta, que desde Miguel Ángel se conoce como un lugar donde se hace escultura y al que llegan artistas de todo el mundo”, anotó.
Dijo que si bien en sus obras recoge la antigua tradición italiana, de México rescata la tradición prehispánica, el tzompantli (el altar donde se empalaban las cabezas de los sacrificados) o el material con el que se hicieron los cimientos del México antiguo.
“Intento crear ese maridaje entre el lenguaje más indígena, prehispánico, con el lenguaje helénico que dio origen a los caballos de San Marcos, en los que se inspira la exposición”, añadió.
Explicó que igualmente ha habido una evolución en los materiales usados para las obras.
“Inicié trabajando con materiales que eran desecho del mar, pedazos de madera, de fierro, todo lo que bota el mar. Con ese material inicié los primeros caballos, después pasé al bronce de las funderías de Pietrasanta y los mármoles y, por ejemplo, los que presento en los Mercados Trajanos son mármoles de Travertino que es la piedra con la que se edificó Roma”, dijo.
Por su parte, el curador Francesco Buranelli resaltó que el artista quiso crear una colosal obra dedicada a la autoconciencia de los pueblos, en la que cada escultura en lo individual representa un fragmento de la historia de la humanidad, para no olvidar los horrores del pasado.
“Una característica peculiar de los caballos de Aceves es su carencia de patas y su colocación dentro de los restos de embarcaciones, mientras el cuerpo está casi siempre diseccionado en partes, con el lomo agrietado y gastado, cuando no marcado por secuencias infinitas de números, como se usaba con los prisioneros y como hacían los nazis con los judíos”, destacó.
Lapidarium estará abierta en Roma hasta el próximo 8 de enero, luego de lo cual continuará su itinerario internacional.
nrv