Más Información
Senado destaca aprobación de 16 reformas constitucionales; entre ellas al Poder Judicial y Guardia Nacional
Trump y sus amenazas a México, ¿puede injerir en asuntos políticos del país?; esto dice la Constitución
De Mexicali a Buckingham; estudiantes mexicanos participarán en desfile internacional "London’s New Year’s Day Parade”
Sheinbaum supervisa avance del Trolebús Chalco-Santa Martha; se reúne con Delfina Gómez y Clara Brugada
Reinserta lanza campaña “Los otros Santas”; busca concientizar sobre el reclutamiento infantil por la delincuencia organizada.
El fotógrafo francés Marc Riboud, conocido mundialmente por imágenes como la de la chica con una flor delante de unos fusiles en Washington o la del pintor de la torre Eiffel, ha muerto a los 93 años de edad, informó hoy su entorno.
En la página en internet del propio Riboud, la información sobre su fallecimiento ayer aparece debajo de una imagen del fotógrafo con una cámara de fotos y la frase de un Papa de la Edad Media: "Ver es el paraíso del alma".
Alain Genestar, director de la revista Polka Magazine, de la que Riboud fue uno de sus padrinos, lo calificó de "fotógrafo paseante" y explicó en la emisora France Info que la fotografía del pintor de la torre Eiffel de 1953 que lo hizo conocido internacionalmente la consiguió pese a que ese día sólo se llevó un carrete de una docena de fotos.
El otro gran icono de su obra lo hizo en 1967 en Washington, en una manifestación contra la guerra de Vietnam, al captar a una joven que con una flor delante de la cara se plantó frente a los fusiles con bayonetas de la fuerza pública.
Riboud había nacido en Lyon en el seno de una familia burguesa en 1923 y tomó sus primeras fotografías en la Exposición Universal de París de 1937 con una cámara Vest-Pocket que le había regalado su padre al cumplir los 14 años.
En 1944 participó en las luchas de la resistencia francesa contra la ocupación del país por la Alemania nazi y al año siguiente inició estudios de ingeniería en Lyon, aunque a comienzos de los años 1950 dejó esa profesión para consagrarse a la fotografía.
Fue entonces cuando entró en la agencia Magnum -de la que llegó a ser presidente- de la mano de Henri Cartier-Bresson y de Robert Capa, que en su primera misión lo envió a Londres.
En los años siguientes pasó largas temporadas en Asia: fue por carretera a la India en 1955, pasando por Oriente Medio y Afganistán, y de ahí saltó a China dos años después.
Tras una estancia de tres meses en la Unión Soviética en 1960, cubrió en los años siguientes las independencias de Argelia y de muchos países del África negra, y a finales de ese año fue uno de los pocos fotógrafos occidentales que consiguieron entrar en el norte de Vietnam en pleno conflicto.
Desde los años 1980, se han organizado exposiciones de su obra en ciudades como París, Londres, Nueva York, Pekín, Hong Kong o Bilbao.
nrv