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Los expertos que estudian el llamado "tesoro de Gurlitt" -las 1.578 obras de arte halladas en la casa de un anciano en Múnich (Alemania) y después en su domicilio de Salzburgo (Austria)-, confirmaron hoy que tienen pruebas que apuntan a que 91 de esas piezas fueron robadas por los nazis.
En un balance provisional, el grupo de trabajo que retomó a principios de año la investigación de las obras, explicó que se ha revisado el origen de cinco centenares de piezas.
En 91 casos, de obras de Toulouse-Lautrec, Max Liebermann o Edvard Munch, se han reforzado las sospechas de que se trata de piezas sustraídas o confiscadas por los nazis.
Galeristas y coleccionistas judíos fueron las principales víctimas de este expolio y sus herederos tratan ahora de presentar pruebas que demuestren la propiedad de las obras robadas.
Los investigadores estiman que alrededor de cinco centenares de las obras del "tesoro de Gurlitt" pertenecen además al denominado "arte degenerado", piezas retiradas por el régimen nazi de museos alemanes.
Gurlitt, que murió en 2014 a los 81 años, era hijo del marchante de arte Hildebrandt Gurlitt, uno de los pocos que tuvieron autorización del régimen nazi para negociar con esas obras apartadas al considerarse que contravenían los principios y valores del nazismo.
Según las últimas investigaciones, 33 de esas obras sospechosas pertenecen legalmente a la familia, ya que fueron adquiridas a los museos antes del inicio del régimen nacionalsocialistas en 1933.
El grupo de trabajo internacional que estudia el origen de todas estas obras está formado por veinte investigadores, cuyos métodos y conclusiones son además revisadas por expertos de Israel, Francia, Estados Unidos, Alemania y Austria.
La colección de Gurlitt, que durante años estuvo viviendo en un casi absoluto anonimato entre Múnich y Salzburgo, fue descubierta en 2012 tras un registro de su vivienda en la capital bávara en el marco de unas investigaciones por posible evasión fiscal.
En la casa se encontraron un total de 1.258 obras de arte, a las que se sumaron después más de 200 obras halladas en Salzburgo.
El descubrimiento de este tesoro no salió a la luz pública hasta finales 2013 y causó gran revuelo y expectación en el mundo del arte y del coleccionismo, ya que, según los investigadores, escondía desde joyas del siglo XIX hasta obras nunca catalogadas de artistas como Marc Chagall y Otto Dix.
rqm