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Luego de poco más de tres meses en exhibición, la exposición “Nacho López. Fotógrafo de México” culminó su estancia en el Museo del Palacio de Bellas Artes con más de 70 mil visitantes, según cifras ofrecidas por ese espacio museístico.
Autoridades del mismo refirieron que las más de 300 fotografías presentadas, en las que se da cuenta de sus diferentes facetas, desde la dedicada a retratar la ciudad y sus transeúntes, hasta el interés por capturar imágenes del mundo indígena, regresaran a sus respectivas colecciones.
Las impresiones de época hechas por el mismo artista y documentos presentadas forman parte del imaginario colectivo, como “Penitenciaría Lecumberri” (1950), y las series “La Venus se fue de juerga por los barrios bajos” y “Cuando una bella parte plaza por Madero”, ambas de 1953.
Estas series en particular pertenecen a las llamadas “acciones provocadas”, de López (1923-1986), quien aparte de su pasión por la urbe, así como el campo, gustaba de armar historias.
Cabe decir que la exposición incluyó una de las etapas menos conocidas del artista: la experimental.
La exhibición estuvo dividida en seis núcleos temáticos, en el primero, “Yo ciudadano”, donde se ve a la ciudad de don Nacho a principios de los años 50 del siglo pasado, retratando preferentemente a partir de las sociedades frágiles, ésto es, desde las clases populares y trabajadoras.
“Tierra y tiempo” plasmó el trabajo que realizó más allá de las ciudades, con las comunidades indígenas del campo. “Trastocación” abordó las propuestas experimentales que realizó en su laboratorio, algunas incluso sin cámara.
Por otro lado, Multidimensionalidad estuvo dedicada a las imágenes que realizó durante la época de oro de la danza mexicana.
Por último, lo “Cinematográfico” fue un espacio que expuso el deseo sesgado de Nacho López por incursionar en el cine.
A la par de la muestra se realizaron una serie de actividades desde pláticas con expertos, un ciclo de cine en la Cineteca Nacional, visitas guiadas, proyecciones y un espacio lúdico donde el público pudo interactuar en un laboratorio experimental y un concurso de fotografía.
De este modo, las salas Jorge González Camarena, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco, Paul Westheim y Justino Fernández, en engalanaron con la obra de este artista de la lente que en octubre próximo cumplirá su 30 años de muerto.
cvtp