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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
El eco de la influencia de Salvador Elizondo hasta nuestros días es enorme, apabullante. Es un autor sumamente contemporáneo que ha sido revitalizado por las nuevas generaciones de lectores que ayer se dieron cita en “Salvador Elizondo. X Aniversario: jornadas de reflexión, remake y lectura”, realizada ayer por la que fue su casa, El Colegio Nacional.
El encuentro coordinado por Vicente Quirarte y que se realizó durante todo el día y que continúa hoy, de 10 y las 22 horas, partió de una provocación y pregunta sobre si Salvador Elizondo es ¿artista plástico, performer, fotógrafo, tuitero, bloguero, igger, booktuber, escritor...?
Las múltiples virtudes, saberes y búsquedas de Salvador Elizondo fueron comentadas por Christopher Domínguez Michael, Javier García-Galiano, Margo Glantz, Pablo Soler Frost y Paulina Lavista durante la conferencia inaugural “Salvador Elizondo y su tiempo”.
Domínguez Michael aseguró que sabían que Elizondo era simpático, ocurrente, incisivo, imprescindible “pero lo que no sospechábamos es que para una nueva generación es un autor extremadamente atractivo y esa atracción que ellos sienten por Salvador Elizondo, por lo menos en mi caso, me la han contagiado. Yo no tengo rubor en decir, porque es un autor que yo releo con frecuencia, que lo aprecio más ahora que hace 15 o 20 años, porque no siempre cada generación lee los libros clásicos de manera distinta, porque son clásicos, pero no todas las lecturas que hace cada generación son interesantes, unas más que otras”.
El crítico literario y colaborador de EL UNIVERSAL dijo que para él, han sido muy interesantes las lecturas que hacen los jóvenes de Elizondo y que lo convierten en un verdadero contemporáneo. “Se sienten más identificados con su búsqueda, rigurosa, experimental, profundamente clásica. Es un hombre muy fertilmente contradictorio porque tiene su lado de Dr. Farabeuf, pero por otro lado es un hombre muy orgulloso con su relación familiar con alguien que nadie lee actualmente, don Enrique González Martínez”, afirmó.
Allí también, García-Galiano aseguró que Salvador Elizondo es el hombre que escribe la historia, es también el que escribe una novela y parece que se va escribiendo conforme se va leyendo, tal como lo hizo al escribir El hipogeo secreto, que es una novela que se puede leer como si estuviera escribiendo otras partes. “El juego literario de Salvador Elizondo en secreto. Creo que dentro de El hipogeo secreto esboza un género personal, por ejemplo la carta anónima, eso me parece muy peculiar en Salvador Elizondo”.
García-Galiano también dijo que Elizondo experimentaba pero no como una moda, “él iba buscando el género literario que a él le interesaba. Farabeuf es un género, El hipogeo secreto es un género. También busca géneros peculiares y al final llega a Elsinore, que podría parecer más clásico, pero los géneros que fue encontrando creo que son de sus grandes hallazgos”.
Luego de que Vicente Quirarte apuntara el hecho del gran interés que en estas jornadas han mostrado los jóvenes lectores de Elizondo y de señalar que es una de las grandes figuras de la literatura mexicana y del mundo, Margo Glantz hizo un repaso por la recepción que el autor de Farabef, fallecido hace 10 años, tiene en varios escritores jóvenes, como quedó sentado en la revista Tierra Adentro.