Un diálogo entre el arte contemporáneo y las ruinas de la antigua Roma es el buscado por una muestra inaugurada hoy en la colina del Palatino, el lugar donde según la leyenda, Remo fundó la ciudad en el año 753 antes de Cristo.

Titulada "Par Tibi, Roma, Nihil", es decir, "No hay nada comparable a tí, oh Roma" (la frase atribuida al obispo francés de Tours, Hildebert de Lavardin cuando visitó la Ciudad Eterna en el año 1100 de nuestra era), la exhibición ha sido montada en una zona apenas reabierta al público.

Se trata de la Domus Severiana, el peristilo (galería de columnas) inferior del Estadio Palatino, la Domus Augustana, la terraza y las Arcadas Severianas y, por primera vez sede de un evento artístico, el área de la Meta Sudans, entre el Arco de Costantino y el Coliseo.

Bajo la curaduría de Rafaella Frascarelli a partir de una idea de Monique Veaute, la exposición fue presentada como antepremier de la 31 edición del Romaeuropa Festival (a inaugurarse en septiembre) y estará abierta hasta el próximo 18 de septiembre.

Según la curadora, la intención es hacer dialogar a la antigüedad con la contemporaneidad, pero no utilizando la primera como escenario para el arte de hoy, sino a través de la búsqueda de la eventual actualidad interrogando al patrimonio histórico con el lenguaje y las problemáticas del presente.

La tarea de realizar esta confrontación corre a cargo de 36 artistas contemporáneos, en su mayoría jóvenes italianos, pero también extranjeros, cuyas obras no fueron producidas ad hoc, sino que pertenecen a la colección de la Fundación Nomas.

"Las obras de la colección Nomas dialogan con la identidad de Roma, en vilo entre la sugestión de lo antiguo y las contradicciones sociopolíticas generadas por la transmisión y mutación de su imagen", explicó Frascarelli.

Se trata, añadió, de un viaje de disenso dentro del mito de Roma, además de "una revisión anárquica de los dispositivos de estratificación de la historia, una experiencia de autoeducación que induce a la mirada a tener un papel activo".

El riesgo es, sin embargo, que las obras de los artistas sean fagocitadas o se pierdan en el majestuoso escenario de las ruinas del Palatino, un museo al aire libre visitado anualmente por millones de personas (es al lado del Coliseo y el Foro Romano el área con más visitantes de toda Italia).

"Las obras de los artistas deben perderse, porque los monumentos y la historia son siempre más potentes. Lo antiguo tiene tal autoridad y presencia que quien busque una confrontación muscular con él está destinado a perder", explicó al respecto la curadora.

El recorrido expositivo atraviesa la Domus Severiana, el palacio imperial reestructurado por el emperador Settimio Severo (193-211 después de Cristo), del que forman parte las Arcadas Severianas y la terraza que ofrece una de las mejores vistas de Roma.

Prosigue por el Estadio Palatino, perteneciente al palacio imperial edificado por el emperador Domiziano (81-96 después de Cristo), constituido por un amplio espacio de forma alargada (de 160 por 48 metros) que aparentemente era usado como jardín y picadero para los caballos.

La muestra también atraviesa la Domus Augustana, el área privada del palacio de Domiziano, que ocupó toda la parte central del Palatino desde el siglo I de nuestra era tras sustituir a inmuebles de la época de Nerón.

Asimismo, la exhibición tiene como escenario la Meta Sudans, una fuente monumental construida durante la dinastía Flavia (66-96 después de Cristo) y ubicada cerca del Coliseo.

"Los lugares más secretos del Palatino, que era el símbolo del poder en la Roma imperial y, por lo tanto cerrado a las multitudes en la antigüedad, son restituidos a los visitantes mediante la dimensión creativa de la contemporaneidad", explicó Francesco Posperetti, superintendente para el Coliseo y el área arqueológica central de Roma.

sc

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