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Los arquitectos mexicanos Pavel Escobedo y Andrés Soliz intervinieron este fin de semana el patio del recinto PS1 del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), con una obra compuesta por cuerdas de colores y una “playa urbana”.
Titulada “Weaving the Courtyard” (Tejiendo el patio), la intervención del despacho Escobedo-Soliz fue el proyecto ganador del prestigioso concurso del Programa de Jóvenes Arquitectos que cada verano durante 17 años organiza el PS1, recinto del MoMA dedicado al arte contemporáneo.
La intervención, que fue inaugurada el pasado 10 de junio y comenzará a ser desmontada el 14 de agosto próximo, funciona como una obra integrada al espacio que disfrutan de manera especial los asistentes a los conciertos de verano de PS1.
La obra incluye una serie de cuerdas de colores que componen un cielo raso sobre el patio principal del recinto, y una “playa urbana”, que incluye un espejo de agua donde los visitantes se pueden refrescar, una cubierta de arena y un patio en que se emiten chorros de rocío.
La intervención emplea los muros para generar una especie de nube colorida sobre el patio del museo, una antigua escuela del condado de Queens.
“La idea de las cuerdas, más que generar una sombra que te proteja del sol es una evocación de las celebraciones en México o en muchas partes del mundo, donde en las calles se cuelgan papeles de colores”, explicó Escobedo, nacido en el estado de Nayarit en 1990.
Los creadores expresaron que aunque la intervención es efímera y no está elaborada de materiales sólidos es una concepción arquitectónica porque establece una relación con el espacio, y le da un carácter diferente al patio del recinto, de muros grises y suelo de grava.
“Es una pregunta que no sé si podemos responder de manera concreta: ¿es arte o arquitectura? En nuestra práctica tratamos de marcar un vínculo entre las dos. Y la buena arquitectura tiene que trascender como arte al mismo tiempo que cubre un sinnúmero de necesidades”, puntualizó Soliz.
En entrevista con Notimex, los arquitectos precisaron que todos los elementos empleados en la instalación serán reciclados. Las bancas serán puestas a la venta al final de exposición y las cuerdas serán donadas a un taller de tejedoras que trabajan en el condado de Brooklyn.
Precisaron además que “Tejiendo el patio” es la primera obra construida por ellos, aunque requirieron de la labor de varios voluntarios de universidades de Nueva York, como soldadores y carpinteros. El montaje se prolongó durante cuatro semanas.
“Nos sentimos muy honrados de que el jurado haya elegido una firma de arquitectura mexicana y una firma que es tan joven como la nuestra, que no tenía la experiencia de otros concursantes. Es un riesgo que tomaron”, consideró Soliz, nacido en la Ciudad de México en 1990.
Los arquitectos aseguraron además que el premio contrasta con los reconocimientos otorgados en México, donde se concede mayor preponderancia a la experiencia.
En ese sentido, Escobedo destacó que los jurados del MoMA tomaron en cuenta para la selección el proyecto en sí mismo, y no la experiencia, el prestigio o el nombre del despacho.
Fundado en 2011 en la ciudad de México, el despacho Escobedo-Soliz se ha dedicado a explorar con materiales y con diversas técnicas de construcción, además de que basa su trabajo en investigaciones demográficas y en el involucramiento de las comunidades en los procesos de diseño.
rqm