Las obras del pintor mexicano Rufino Tamayo (1899-1991) cumplieron hoy las expectativas en la subasta de arte latinoamericano que celebró la casa Sotheby's en Nueva York, marcada por un bajo interés de los pujantes para alcanzar los precios calculados por la casa.
En la colección de arte contemporáneo y moderno se ofrecían piezas de Tamayo, Fernando Botero, Claudio Bravo y Remedios Varo, aunque muchas no lograron cerrar la venta debido a la poca predisposición de los licitadores a llegar al precio que estimó Sotheby's.
La obra más destacada y esperada de la colección de arte moderno fue El fisgón (1988), del mexicano Tamayo, que se vendió por un precio final de 970 mil dólares.
El precio de venta de la obra del pintor mexicano, aun así, no alcanzó las expectativas de la casa de subastas, que había estimado que la obra alcanzaría un máximo de 1.5 millones de dólares.
Por su parte, otra de las obras que sí brillaron del mexicano fueron Hombre y El Juglar, ambas de 1961.
Mientras que Hombre, pintura en que se ilustra una figura humana en tonos rojizos, cumplió con el precio esperado y se subastó por 538 mil dólares, El Juglar se vendió por el valor mínimo estimado a golpe de martillo.
Esta última obra, que representa la figura de un trovador, una de las temáticas favoritas del mexicano, se subastó por 850 mil dólares, mientras que Sotheby's calculó que podía llegar a los 900 mil.
La tendencia se repitió en otras obras importantes, por las que la casa de subastas calculó un elevado precio que los licitadores no alcanzaron a pujar.
Así ocurrió con una de las piezas más esperadas, El emperador (1973), del artista hiperrealista chileno Claudio Bravo, por el que se estableció un valor de entre 1 millón y 1.5 millones de dólares.
La obra se vendió por 910 mil dólares, en precio final, una de las piezas con mayor valor a lo largo de la jornada, pero quedó lejos de lo estimado.
La otra pintura destacada de Bravo, Pale surprises, por la que se esperaba alcanzar también entre 1 millón y 1.5 millones de dólares, se quedó sin comprador.
Peor paradas salieron algunas obras del pintor colombiano Fernando Botero, como la enorme pintura Mrs Rubens #3 (1964), que no concretó su venta al no encontrarse ningún licitador dispuesto a llegar al valor de entre 800 mil y 1.2 millones de dólares que estableció Sotheby's.
Sucedió lo mismo con la pintura Astro Errante (1961) de la artista surrealista mexicana Remedios Varo, por la que la casa había estimado un valor de entre 900 mil dólares y 1.2 millones.
Por su parte, el pintor y escultor uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949) fue protagonista destacado en la colección de obras de arte contemporáneo con su Constructivo doble línea, que se vendió por 725 mil dólares a golpe de martillo, al que habrá que sumar los impuestos y comisiones correspondientes.
La sesión de subastas de arte latinoamericano de esta primavera continuará el miércoles y el jueves, cuando la casa Christie's ofrecerá a los pujantes su propio catálogo.
En esta segunda ronda, Tamayo y Botero volverán a centrar la atención con el permiso de una obra del mexicano Diego Rivera, Niña con rebozo (1938), con un precio estimado de entre 1 millón y 1.5 millones de dólares
sc