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Los paisajes de bosques con árboles con un marcado toque urbano y una narrativa provocadora del pintor inglés contemporáneo George Shaw (1966) se expondrán desde mañana en la National Gallery.
Durante los últimos dos años y medio, Shaw ha trabajado como artista asociado con el prestigioso museo a fin de crear una serie de obras cuya temática estuviera vinculada, de alguna manera, con este centro cultural británico.
"My Back To Nature" -el nombre de esta pequeña exposición- se compone de unas cincuenta pinturas, en las que claramente los árboles, si bien con algún toque chirriante y provocador que contrasta en la naturaleza, son los protagonistas.
"Con mi regreso a la naturaleza, me he llevado mis latas de cerveza, mi basura, mis ideas, y mis pensamientos; no me escapo de ella, sino que me escapo dentro de ella", dijo hoy Shaw al tratar de explicar el título de esa exposición, para la que trabajó en un estudio situado en la propia galería.
Con ella ha querido dar su "réplica" a algunos de los elementos incluidos en las obras de grandes maestros como John Constable, Nicolás Poussin, Tiziano o Bellini, como la naturaleza o las mujeres desnudas.
En este sentido, su "respuesta" al tríptico mitológico de Tiziano fueron tres enormes lienzos de idénticas dimensiones (178 x 178) que desvelan sus bosques de árboles con diferentes objetos -uno de ellos acompañado por revistas pornográficas- como único aderezo en contraste con la vegetación.
Con el cuadro "The School Of Love" -que comparte nombre con el lienzo de Correggio-, entre uno de esos característicos paisajes arbolados de Shwa sobresale un colchón sucio y raído, del que se desprende "la idea del aprendizaje en el sexo", según comentó el artista en la presentación a los medios.
En esa colección no aparecen personas, con la excepción de "The Call of Nature", en la que se dibuja a él mismo, de espaldas al visitante, orinando contra un árbol.
En cambio abundan los paisajes semiurbanos, en los que la inclusión de un elemento estridente encierra una idea o concepto, llevando al espectador a imaginar lo que allí pudo haber pasado.
Los árboles de Shaw van cambiando de tonalidad y forma en una serie de nueve diminutas pinturas, denominada "You've Changed" (Has cambiado); mientras que en otro de los lienzos, "The Tree Of Whatever" (El árbol de cualquier cosa), un montón de latas de cerveza vacías aparecen amontonadas a los pies de un tronco.
En otra pequeña sala se expone una breve película en la que el propio Shaw -nominado al premio Turner en 2011- explica su rutina de trabajo y habla de su predilección por el empleo de una pintura utilizada habitualmente para modelismos de trenes y aeroplanos, con el objetivo de dotar de significado a sus árboles.
"En los bosques donde yo jugaba de pequeño ocurrían rituales de transgresión, de sexo, fiestas a las que yo nunca estaba invitado", observó.
sc