La , ARCO, abrió hoy sus puertas con aire de fiesta por su 35 aniversario, pero también pensando ya en la edición del próximo año en la que posiblemente será Argentina el país invitado.

La presencia de 33 destacadas galerías dentro de las más de 200 de todo el mundo que toman parte en el encuentro, los numerosos e importantes coleccionistas que llenaban hoy los pasillos y la calidad de las obras hacen de esta una edición muy especial.

El abanico para escoger en ARCO, que "muy previsiblemente", tenga a Argentina como país invitado el año próximo, es muy amplio y se nota que los galeristas han hecho un esfuerzo por acudir con piezas importantes de sus más destacados artistas.

Aunque en el recorrido no faltan algunas obras algo más transgresoras, esa no es la tónica dominante. "Es un momento de la feria muy consolidado y la provocación por la provocación no aporta mucho. Los galeristas traen cosas buenas que atraen a los coleccionistas", según el director de la feria, Carlos Urroz.

Quizá por esa consolidación de que habla el director o porque no querían faltar al aniversario, el hecho es que este año se han recibido un 40% más de solicitudes para participar.

Dentro de las piezas más destacables, hay para elegir. Del siempre presente Antonio López destaca en la Galería Marlborough su "Mujer en la bañera", valorada en 2 millones 500 mil euros (2.7 millones de dólares), que se exhibe junto a otra pintura suya de los años 70 en la que el jardín es el protagonista, con un precio de un millón 900 mil euros (algo más de dos millones de dólares).

Entre las piezas que están llamadas a formar parte de la lista de más fotografiadas figuran las impresionantes esculturas de Juan Muñoz, que se exhibe en Elvira González, y la de , en la Galería Lissos.

Esta última, con el título "Random triangle mirror" y fechada en el año 2013, está valorada en algo más de un millón de euros (1.1 millones de dólares). De Kapoor también se puede contemplar en la galería británica la obra "In-bebween" de 2015, una pieza muy canónica de pared muy representativa de este artista. De aluminio y con una pátina de oro, se vende por más de medio millón de euros.

La obra de Juan Muñoz está compuesta por dos figuras de bronce, una colgada desde el alto techo del pabellón y otra en el suelo. Según la galerista, se trata de una de las piezas más destacadas del artista español.

Completamente diferente es la performance con la que el artista Tino Sehgal acude a Arco con la galería londinense Marian Goodman. Bajo el título "El beso", ha creado una instalación, a la que hay que acceder completamente a oscuras.

Al cabo de unos minutos el visitante puede apreciar una recreación de los besos en la historia del arte a través de un hombre y una mujer que, desnudos, van coreografiando besos de Rodin, Brancusi, Kandinsky, Klimt o Koons.

La filosofía de Sehgal es que hay demasiadas obras de arte, sobrecarga de objetos, por lo que él se niega a crear más. De sus acciones no deja imágenes, no deja escrituras y solo viven en la memoria de las personas que las han contemplado.

También en esta galería se exhiben obras del estadounidense John Baldessari, destacado artista del que se ha traído a las paredes de ARCO el mensaje que ha marcado su carrera: "No haré nunca más arte aburrido".

En el recorrido hay que mencionar también el estand de Thassaeus Ropac que se ha volcado con la feria a la que ha traído algunas de sus más importantes obras como una gran escultura, "Yellow Song" (2013), de Georg Baseliz, pieza única valorada en más de un millón de euros (1.1), y una pintura de este mismo artista.

Con un estand en la que era difícil moverse por la cantidad de personas que contemplaban las obras, el galerista Leandro Navarro destacó una pintura del uruguayo Joaquín Torres García, artista al que actualmente se dedica una antológica en el MoMA de Nueva York. Se trata de "Homo sapiens" de 1945, obra emblemática valorada en medio millón de euros.

También merece atención una obra sobre papel de Joan Miró, con un precio de 900 mil euros (992 mil dólares), así como una pequeña cabeza de Gargallo. Esta pieza única procede directamente del legado del artista y está realizada, en cobre, en 1911, cuando el cubismo empieza a dar sus primeros pasos. Se vende por 420 mil euros (462 mil 900 dólares).

rqm

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses