La Audiencia Nacional de España consideró el martes procedente la extradición hacia Estados Unidos de un empresario para que enfrente cargos en la ciudad de Nueva York, donde se le acusa de ser integrante de una banda que obtuvo 33 millones de dólares por la venta de pinturas que encargaba y atribuía falsamente a artistas famosos del expresionismo abstracto.

El tribunal emitió su fallo sobre el caso de Jesús Ángel Bergantiños Díaz, a quien un jurado investigador acusó en Nueva York de los cargos federales de formar parte de una banda que vendía en galerías de arte de Manhattan cuadros que supuestamente crearon artistas como Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning, Franz Kline y Robert Motherwell.

La entrega de Bergantiños Díaz a Estados Unidos podría tardar meses porque el acusado puede interponer alguna apelación y el gobierno español debe aprobar la extradición, dijo un funcionario de la Audiencia Nacional que solicitó el anonimato debido a normas que impiden se le cite por su nombre.

También está acusado en Estados Unidos su hermano, José Carlos Bergantiños Díaz, y el artista chino Pei Shen Qian, quien supuestamente pintó los cuadros en un estudio casero en el distrito Queens de Nueva York.

Qian, que huyó a China, cobró cientos o miles de dólares por cada una de las pinturas falsas, pero sus cuadros fueron promovidos como obras de arte jamás exhibidas y previamente desconocidas en tanto que los clientes incautos pagaron por ellas más de 80 millones de dólares.

Los hermanos Bergantiños Díaz están acusados de participar durante 15 años en la estafa junto con la vendedora de arte mexicana en Nueva York, Glafira Rosales, que se declaró culpable en 2013 y dijo que ella arregló la transferencia de los ingresos de las ventas a bancos españoles.

El fallo del martes no afecta a José Carlos Bergantiños Díaz, cuya extradición también es pretendida por las autoridades estadounidenses pero él ha solicitado que se le enjuicie en España, dijeron funcionarios de la Audiencia Nacional.

El juicio civil que entablaron clientes que compraron algunas de las pinturas concluyó la semana pasada en Nueva York con un acuerdo extrajudicial, cuyas cantidades no fueron reveladas, poco antes de que se dispusiera a rendir su testimonio Ann Freedman quien fue presidenta de la otrora prestigiosa galería de arte Knoedler & Company .

La galería cerró en 2011 y ha tenido que defenderse de los reclamos derivados de ventas por 69.8 millones de dólares relacionadas con la colección de obras falsas y afirmó que también fue víctima del timo.

El juicio se centró en los reclamos de Domenico De Sole, presidente del consejo de la casa de subastas Sotheby's y ex director general de Gucci, quien informó que la galería se rehusó a regresar 8.3 millones de dólares que gastó en una pintura falsa.

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