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El pintor y escultor colombiano Fernando Botero inauguró hoy en el gigantesco Museo de Arte de China de Shanghái, uno de los símbolos más modernos de la ciudad, una versión ampliada de su muestra "Botero en China", que, tras triunfar en Pekín, repite ahora con nuevas esculturas.
La muestra, que se prolongará hasta el 8 de mayo, incluye nueve de sus emblemáticas esculturas monumentales, que podrán verse en una plaza al aire libre donde muy pocos artistas han expuesto hasta ahora (entre ellos el español Cristóbal Gabarrón), a los pies de la enorme pirámide truncada roja del centro museístico.
El edificio es uno de los más famosos del país de reciente construcción, ya que fue el Pabellón de China durante la Exposición Universal de Shanghái 2010, la mayor de la historia, lo que refleja la gran importancia que se está dando a la primera muestra del artista colombiano en China, celebrada como histórica.
Shanghái es también el primer lugar de China donde se exhibió un Botero ya que su cuadro Mujer frente al espejo, de 1983, se mostró en la galería local Levant en abril de 2009, lo que llevó a interesar a los incipientes coleccionistas locales por el genio colombiano.
El propio Botero comentó que siente que es "un privilegio poder mostrar mi trabajo en esta ciudad extraordinaria" y que ahora, al añadir sus esculturas a la muestra ya presentada en Pekín (donde se estima que la visitaron cerca de 800 mil personas), el conjunto está completo.
"Ahora por fin estoy mostrando aquí todos los aspectos de mi trabajo, la escultura y la pintura con todos sus temas, y ahí está todo: el dibujo de pequeña dimensión (incluido uno de sus pocos retratos de su padre), el de gran tamaño, el óleo", comentó.
"Todas las obras son de mi propia colección particular, lo único que le falta es una serie de cuadros que hice sobre el tema de la tortura en Abu Ghraib, que fueron donados a la Universidad de Berkeley (EEUU) y de esa serie desgraciadamente no tengo ningún cuadro que me haya quedado a mí", recordó.
Se mostró muy animado ante la idea de presentar su obra en Shanghái, donde se espera que la vean de media unas 20 mil personas al día hasta el 8 de mayo, tras extenderla el museo dos meses más de lo planeado para incluir dos grandes semanas vacacionales chinas (en febrero y mayo) para que pueda verla más gente.
Los volúmenes, el colorido y la ironía de los temas parecieron sorprender hoy a los primeros visitantes shanghaineses a pesar de la distancia cultural, sobre lo que Botero aseguró que "la ironía se entiende en todo el mundo, yo creo que es universal, que la gente va a comprender cuándo es una sátira y cuándo es en serio".
El propio director del museo, Shi Dawei, se mostró impresionado por cómo la obra de Botero, al mismo tiempo que "muestra su amor por su país", es capaz de "reflejar a la vez con ironía los problemas reales de la sociedad".
A la inauguración de hoy, entre distintas autoridades chinas y colombianas, acudió también el expresidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002), quien declaró que "el hecho de que nuestro artista vivo más importante, no sólo de Colombia, sino del mundo, esté en China, tiene un especial significado".
"Fernando Botero es nuestro gran embajador cultural", destacó, y recordó que se están celebrando 35 años de relaciones diplomáticas bilaterales con China, por lo que la muestra de este "artista universal" supone "un buen cierre para este aniversario".
La embajadora colombiana en China, Carmenza Jaramillo, destacó igualmente que el legado de esta exposición "acompañará a las relaciones colombo-chinas durante años y guiará todo futuro esfuerzo que se haga en la diplomacia cultural y en nuestras relaciones bilaterales con China en general".
La exposición de Botero ocupa una de las inmensas salas del moderno museo shanghainés, donde se muestran 84 óleos mayoritariamente del siglo XXI, incluidas tres sus obras más recientes, unas Santa Inés, Santa Bibiana y Santa Dorotea que exploran las contradicciones entre su beatitud y sus caros ropajes.
La muestra, que es gratuita, reúne además 17 dibujos de gran formato, 30 dibujos de menor tamaño y las nueve esculturas monumentales de la entrada, todo explicado con códigos QR de realidad aumentada, muy populares en China, para que los visitantes puedan recibir en su móvil la información básica de cada obra.
sc