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¿Cuántas veces no hemos comido mangos con manchitas negras en su cáscara? Éstas siempre las hemos relacionado con la maduración, sin embargo, se trata de una enfermedad que ataca a los cultivos, y frenarla es uno de los trabajos que ha desarrollado el doctor Enrique Galindo Fentanes, especialista del Instituto de Biotecnología de la UNAM y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015 en el campo de Tecnología, Innovación y Diseño.
El doctor, que ha trabajado por más de 30 años en la UNAM y en particular en el Instituto de Biotecnología en Cuernavaca, Morelos, ha desarrollado varios proyectos tecnológicos. “El más reciente y con el que hemos tenido éxito, ya que está en el mercado, es el biofungicida Fungifree AB”, señaló.
“Es un proyecto que inició a principios de 2000 con la colaboración de colegas del Centro de Investigación, Alimentación y Desarrollo, unidad Culiacán; nos interesaba desarrollar alternativas biológicas para el control de enfermedades, en particular en el mango” que es “atacado” por antracnosis.
La antracnosis “es una enfermedad que daña sólo al cultivo y le ocasiona un hongo que se encuentra en la naturaleza. Tiene esporas que pueden permanecer incluso en temporadas de baja humedad y atacan al fruto desde la floración”, señaló el investigador.
En el caso del mango, comentó Enrique Galindo, el hongo puede depositarse en hojas y tallo cuando empieza a producir flores y es la principal enfermedad del fruto a nivel mundial.
Aunque esta enfermedad no daña la salud de los humanos, si afecta a la exportación. “México es uno de los principales exportadores de mango, pero sólo se exporta cerca del 18% de la producción total, esto en parte porque no hay mango de suficiente calidad y la enfermedad le ocasiona manchas negras muy visibles”.
Ante este mal que no se puede erradicar, pero sí controlar, el doctor y sus colaboradores decidieron crear una alternativa biológica que les tomó cerca de 12 años desarrollar. Primero buscaron el microorganismos en el propio follaje de mango y aislaron la bacteria que tiene la característica de producir una gran cantidad de compuestos antifúngicos. Su espora “germina en la naturaleza y crea un cóctel de compuestos para el control de la enfermedad. Impide que la espora del hongo germine y que enferme al mango o a otra fruta”, comentó.
El uso de Fungifree AB ha logrado que hasta 80% de los frutos tengan calidad de exportación. Además del mango, este biofungicida ya puede ser usado para cerca de 20 cultivos como aguacate, papaya y cítricos donde impera esta enfermedad y como el biofungicida es de alto espectro también puede utilizarse para otros cultivos como berenjenas, pepinos, sandías, tomate, chile y frambuesas.
Actualmente el doctor Galindo se ha centrado en el desarrollo de nuevos proyectos como la creación de un invernadero inteligente y biopolímeros para plásticos biodegrabables.
Conacyt acaba de aprobarle a él y a otros colegas un proyecto multidiciplinario para desarrollar invernaderos inteligentes con base en la más alta tecnología para controlar variables, por ejemplo, de temperatura y humedad.
Otro proyecto en el que trabaja el Premio Nacional es en la creación de plásticos biodegradables a partir de bacterias que tienen la capacidad de producir polímeros para usarse en prótesis dentales o bases parta injertos de tejido o crecer células. Aún en desarrollo, Enrique Galindo confía en que podrían competir con los plásticos derivados del petroleo.