El artista , pionero del arte conceptual, poseía algo más que fascinación por la fiesta, la moda y las formas extrañas: un particular espíritu navideño que llegó a plasmar en diversas obras, que, no obstante, pocos conocen.

Quien fuera la amalgama de los mayores grupo de élite de Nueva York entre los años cincuenta y ochenta, y quien en el libro The Philosophy of Andy Warhol: From A to B and Back Again expresó padecer de una “rara enfermedad” que lo impulsaba a socializar siempre, era un ferviente crítico del consumismo típico de la época navideña.

Obras como Campbell's Soup Cans y Brillo Boxes mostraron al público su visión acerca de la época en que vivía, pero poco se supo de su creencias o posturas religiosas. Su sobrino, Donald Warhol, confesó a la Catholic News Agency que su tío era, de hecho un devoto religioso que incluso era voluntario en centros de beneficencia.

"Él era un católico bizantino practicante, y, en realidad, asistió a una iglesia romana más tarde en su vida", y agregó que Warhol "era muy religioso, (la religión) era una parte muy importante de su educación".

Pese a que Warhol sí llegó a plasmar parte de esta filosofía religiosa en sus obras de 1986, The Last Supper y Heaven and Hell, Jessica Beck, curadora asistente del Museo Andy Warhol en Pittsburgh, dijo que las obras religiosas del artista habían sido "poco investigadas" en comparación con su arte pop.

 Polaroid tomada por Warol para la serie única "Poinsettias". (FOTO: Christie's)

adm/rqm

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